Una ingeniera de YPF se desarrolla profesionalmente en los yacimientos de la Patagonia. Arribó desde Mendoza a Chubut para forjar junto a su pareja una familia. Una mujer haciendo historia en el universo petrolero.
Andrea Rodríguez Debón nació en el departamento de San Rafael, provincia de Mendoza, es ingeniera industrial y trabaja como jefa de ingeniería especialidades Regional Sur de YPF. Ingresó en la compañía hace tres años.
La escuela técnica a la que asistió fue un gran camino para definir su profesión, allí cursó materias como resistencia de los materiales, hidráulica, transporte y taller en donde realizó trabajos de soldadura, carpintería, entre otras. El colegio no tenía gran asistencia femenina, pero esto no fue impedimento para avanzar y forjar lo que sería más tarde la elección que la llevó a ingresar a la empresa más importante del país.
Fue así que en los últimos años de la secundaria definió su vocación. “Sabía que quería incursionar en alguna de las carreras de ingenierías, me llamaban la atención civil y química que se encontraban entre las carreras de grado ofrecidas dentro de la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad de Cuyo. Finalmente, a finales del 6to año del colegio técnico, definí que iba a estudiar ingeniería civil, aunque luego del primer año en la facultad migré a industrial.”, recordó Andrea.
Mudarse de su casa natal ubicada a 51 kilómetros de la Facultad de Ingeniería de la UTN y comenzar a vivir en la casa de su abuela materna para concluir sus estudios, fueron los primeros pasos para alcanzar su gran objetivo.
Antes de finalizar la Universidad comenzó a trabajar en una empresa metalmecánica de Mendoza, y luego de recibirse, se mudó a Comodoro Rivadavia. En esa ciudad realizó trabajos en empresas locales relacionadas con la actividad petrolera y posteriormente su CV llegó a YPF. “Sin lugar a duda ser convocada por YPF fue una gran alegría y sentí una gran satisfacción. Trabajar en la empresa es una experiencia más que gratificante, tengo oportunidad de crecer profesionalmente, de ganar más experiencia, y si bien se atraviesan días agotadores, en compañía del gran valor humano de mi equipo de trabajo, resultan menos intensos”, destacó Andrea.
Entre mates, correos y reuniones, desarrolla sus actividades como jefa de ingeniería de especialidades, coordinando diferentes actividades entre sus pares y los de las empresas contratistas, con el objetivo de cumplir con los planes establecidos del año en curso y los desafíos que surgen diariamente, cada día representa un nuevo paso para crecer profesionalmente y personalmente.
El trabajo y la vida personal transcurren con normalidad, Andrea comparte las tareas del hogar con su pareja con la que proyectan finalizar la construcción de una cabaña en la cordillera para disfrutar de algunos días en compañía de la familia mendocina y la que construyeron juntos en Chubut.