El presidente de la compañía y la gobernadora Alicia Kirchner tienen una reunión pendiente para discutir las circunstancias en las que Sinopec incumple su programa de inversión y de productividad en Santa Cruz. En las últimas horas, Chubut revirtió áreas, pero en esta provincia, el Gobierno se maneja con cautela para proteger cientos de puestos de trabajo.
Fue hace diez días que el Gobierno provincial y las autoridades de Sinopec se reunieron en Capital Federal. El encuentro surgió con la necesidad de conocer qué tenía en mente la operadora, luego de que se conociera que habían suspendido su plan de perforaciones comprometidos hace prácticamente un año.
En esa ocasión, los representantes de la compañía de capitales chinos no tuvieron demasiadas explicaciones para darles a las autoridades de Gobierno, sobre todo al ministro de la Producción, Leonardo Alvarez, y al presidente del Instituto de Energía, Matías Kalmus, respecto de a qué estrategias iban a echar mano para revertir un escenario que deja en completa incertidumbre a los trabajadores petroleros y a las empresas de servicios.
Así fue que cualquier avance quedó supeditado a la llegada del presidente de la petrolera, Zhai Huihai, al país, cosa que sucederá en breve, razón por la cual la gobernadora y parte de su gabinete, incluido el IESC, viajarán a mediados de semana a Buenos Aires.
El contexto en el que se da esta negociación es el de una medida de fuerza declarada por el sindicato de los petroleros de base, en todos los yacimientos de Sinopec, aunque sin afectar la producción, ya que eso le generaría un fuerte golpe a los ingresos de la provincia.
Alicia Kirchner se reunió con las autoridades de esta petrolera cuando se cumplieron exactamente once meses desde que acordaran la presentación de un plan de inversiones, tras que la compañía adoptara una posición de absoluto hermetismo respecto de sus planes de inversión en Santa Cruz con fuertes rumores de su salida.
La situación de peligro para las inversiones en la actividad hidrocarburífera que propone Sinopec en Santa Cruz no es aislada, sino que forma parte del declive que vive la producción de crudo en Argentina desde que asumió Cambiemos, ya que hasta entonces, la actividad había logrado recuperarse a las bajas registradas en 2014. Ya en 2016, la desaceleración fue del 7%, la peor en más de dos décadas.
Productividad e inversión, asuntos separados
El conflicto con la empresa Sinopec tiene dos dimensiones: la primera, vinculada a los compromisos de inversión firmados con el gobierno de la Provincia, y que son controlados a través del Instituto de Energía de Santa Cruz; y el otro, relativo al acuerdo de productividad, que la petrolera firmó con los gremios que conducen Claudio Vidal y José Lludgar.
En esta suerte de negociación por duplicado, la empresa le dice al Gobierno que va a perforar 22 pozos y después hablan con los sindicatos para ver de qué manera llevar a cabo aquel acuerdo de la manera más eficiente posible.
El acuerdo de productividad que Sinopec firmó con Lludgar y Vidal el 9 de agosto, del año pasado, establece la operación de la petrolera en las áreas de Cañadón Seco, Meseta Espinosa-El Cordón, Cañadón Minerales, El Huemul, Las Heras, Cerro Wenceslao y Meseta Sirven, con un equipo de perforación automático tipo Hydraulic Drilling Rig HN220 destinado a la creación de 10 pozos, que iban a comenzar a hacerse en septiembre 2018, finalizando las operaciones el 31 de marzo de este año.
Sin embargo, la continuidad de las perforaciones de ese equipo estaba supeditada “a que las circunstancias, compromisos y condiciones que se tuvieron en cuenta al momento de esta decisión se cumplan y se mantengan”.
¿Cuáles eran esos compromisos? Asegurar Ia viabilidad de Ia actividad en los yacimientos, la reducción de los costos asociados que derivan de los denominados “tiempo no productivos” durante los trabajos de perforación, la necesidad de optimizar los referidos costos mediante el trabajo en conjunto entre Ia parte gremial y la empresa.
Por eso, cuando la empresa decide bajar el equipo de perforación, rompe el acuerdo de productividad que tenia con los sindicados de base y jerárquicos, echando al personal que necesitaba para llevar a cabo lo que había firmado, pero además incumpliendo el acuerdo con el Gobierno, porque frena la inversión. Sin embargo, ahí es donde aparece un tercer factor neutral; y es que la empresa puede cambiar sus compromisos de inversión, siempre y cuando cumpla con la prórroga.(LOA)
