(Depetroleo-Gonzalo Díaz). Los potentes bloques económicos orientales continúan expandiendo su estrategia económica de desdolarización. Para llevar a cabo eso, Rusia se unió a China en la preparación para el comercio bilateral en el continente africano.
En un claro intento por acelerar la utilización de sus propias monedas de cada país en el comercio internacional, el presidente del Consejo Empresarial Rusia-Zimbabue anunció que las corporaciones rusas ahora están presionando por alternativas no monetarias para protegerse eventualmente de las continuas sanciones que les imponen a sus negocios y a los de sus socios desde Washington.
"Las corporaciones rusas están listas para encontrar una alternativa al dólar en acuerdos mutuos con países del continente africano", según destacó Dmitry Mazepin, presidente del Consejo Empresarial Rusia-Zimbabue.
"Creo que es posible usar otras monedas en África", estimó Mazepin.
A principios de este mes, las autoridades rusas anunciaron planes para tomar todas las medidas necesarias para llevar a su nación a la desdolarización de su economía. El punto clave del ambicioso plan de Rusia es hacer más rentable para los exportadores los rublos en lugar del dólar.
Según se informa, la medida está dirigida a proteger la economía del país contra las inminentes sanciones de Estados Unidos que amenazan con prohibir la inversión en los bonos soberanos de Rusia, así como cortar al país de las transacciones en dólares.
Rusia se unió a China al darse cuenta de que el continente africano será vital para el crecimiento del siglo XXI, y donde varias naciones africanas como Nigeria y Zimbabue ya han abierto sus sistemas bancarios para no sólo aceptar el Yuan como pago comercial viable, así como también acumulando la divisa china como unidad de reserva primaria.
Por otra parte, Estados Unidos se involucra en una política restrictiva, de sanciones, arancelaria y de guerra o conflicto económico directo, las naciones BRICS se centran en la expansión de la interrelación de sus propias monedas a través del comercio, los préstamos y el crecimiento de las infraestructuras. Con más del 40% de la población mundial dispuesta a aceptar el Yuan y el Rublo en sus propias economías, el Este ha lanzado una masa crítica suficientemente importante como para aislar la divisa que la mitad del mundo utiliza como referencia.