Las tropas de Moscú están construyendo seis bases permanentes en el Ártico, en función de asegurar el control estratégico y geopolítico de quienes amenacen su hegemonía en dicha region.
Al tiempo que Pekin reclama el 90% de las islas del Mar Meridional de China, construyendo bases militares en innovadoras estructuras artificiales creadas sobre arrecifes de corales, Moscú reclama el control de los recursos energéticos bajo el Círculo Polar Ártico creando una serie de bases militares, en una región que según estimaciones de ONU, tendría reservas de más de 90 mil millones de barriles de petróleo y un tesoro que equivalente al 30% de las reservas globales de gas.
Según el Times, la construcción de las mencionadas bases militares por parte de Rusia, estarían destinadas a repeler cualquier amenaza sobre los interés rusos económicos en el Ártico, empezando por Canadá, Noruega y Dinamarca. La edificación de éstos destacamentos, obedece a un plan estratégico mucho más amplio y consistente en la construcción de trece pistas te aterrizaje y diez nuevos sistemas de radar de largo alcance.
A principios de éste mes, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el despliegue en dos de sus bases, en el archipiélago de Nueva Zembla y el puerto de Tiksi en Siberia, dos baterías de misiles con los más modernos y potentes sistemas antiaéreos: S-400, el mismo sistema utilizado en Siria para proteger las tropas aéreas rusas.
Fuente: il Giornale.