A 48 horas de la publicación de los Panamá Papers y a 24 de haber prometido no renunciar, el primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson, se alejó del gobierno por un "período de tiempo indeterminado" y se convirtió en la primera víctima del escándalo, mientras que la onda expansiva puso el foco ahora en los bancos más grandes del mundo.
El domingo pasado el diario alemán Süddeutsche Zeitung y decenas de medios miembros del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) publicaron una investigación mundial que involucró a más de 130 líderes políticos y numerosas figuras de la cultura y el deporte que crearon o están vinculados a sociedades offshore en paraísos fiscales.
La investigación se sustentó en la filtración de 11,5 millones de documentos que reflejan cómo un estudio de abogados panameño, Mossack Fonseca, creó 15.000 compañías offshore a través de 500 bancos y subsidiarias en las últimas cuatro décadas.
Junto con el presidente Mauricio Macri y los reyes de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, uno de los líderes políticos de mayor rango que apareció mencionado en los documentos filtrados el domingo fue el de Gunnlaugsson.