(Depetroleo-Gonzalo Díaz). Se registró una nueva escalada en el precio del petróleo, a su máximo nivel desde 2014. La caída de inventarios de Estados Unidos, y las constantes señales de que la OPEP y Rusia continuarán con los recortes de producción más allá de 2018, impulsaron este nuevo repunte alcista.
Consecuentemente, con el transcurrir de los días, se disipan las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, y el mercado petrolero actúa en forma previsible.
Funcionarios del cartel y de Rusia, analizarán esta semana en Jedda, Arabia Saudí, la posible ampliación de los recortes de bombeo, al tiempo que todos los analistas pronostican una demanda ostensiblemente alta de China y el control de la oferta en el mercado global.
Mientras tanto, la Agencia Internacional de Energía anunciaba por estas horas que, las reservas domésticas en Estados Unidos cayeron en 1.1 millones de barriles a la semana pasada, y los suministros de derivados retrocedieron en 2.97 millones de barriles.
Así mismo, el American Petroleum Institute, informó de una caída en las reservas estratégicas de crudo en Estados Unidos de 1 millón de barriles, y una retracción de 2.5 millones de barriles en las existencias de combustibles.
Otro dato, y no es un detalle menor es, el significativo logro de que la industria petrolífera estadounidense alcanzó su máximo histórico, con una producción de 10.54 millones de barriles diarios, según datos oficiales de la Agencia Internacional de Energía.
El barril de WTI alcanzó los u$s 68.47, superando los u$s 68 por primera vez en tres años, subiendo 2.65%, a u$s 1.94.
En tanto, el referencial Brent trepó a u$s 73.48 por unidad de barril, con un alza de 2.92%, ganando u$s 1.94.