Los precios del petróleo registraron, el viernes pasado, una caída del 3% en una sesión en la que los futuros de WTI cerraron a menos de 60 dólares el barril, por primera vez desde Diciembre del año pasado.
Las cotizaciones de ambos referenciales cayeron en promedio un 11%, desde sus respectivos máximos en Enero. El Brent cayó un 9% en la semana, mientras que el WTI se derrumbó un 10% en la misma semana, registros que detallan sus caídas más profundas desde Enero de 2016.
La caída registrada a lo largo de toda la semana pasada terminó borrando las ganancias del año, en una serie de jornadas con alto volumen de negocios y presiones por cifras de ofertas mayores a las esperadas.
"La fuerte volatilidad de Wall Street, parece ser la causa de la caída de la cotización del petróleo", comentó Bill O'Grady de la consultora Confluence Investment.
De acuerdo a lo expresado por el Banco Base, el derrumbe de precios estuvo condicionado por el impulso de las ventas de activos de riesgo en los mercados, y la fuerte escalada de la producción de petróleo en EEUU.
Una explicación que puede verse fácilmente reflejada y corroborada, en el último informe de la compañía Baker Hughes, se contabilizan 26 plataformas activas terrestres nuevas en suelo norteamericano, un total de 791 en lo que va desde 2018, y la cifra más elevada desde Enero de 2017.
El hecho de que los precios registraran un fuerte repunte, impulso a las compañías a aumentar la producción. Ahora la preocupación de los inversores, está centrada que la creciente producción de crudo en EEUU no vaya en sentido contrario a los esfuerzos de OPEP y sus asociados por mantener el equilibrio en los mercados y contener la abundante oferta.
Fuente: El Economista.