El intendente Othar Macharashvili expresó su malestar por lo que implicará para la ciudad la pérdida de fuentes laborales cuando se retire YPF y ratificó su decisión de defender los derechos de quienes directa o indirectamente se vean afectados. Mencionó a comerciantes y a otros trabajadores que hacen tareas que dependen del petróleo.
La decisión de YPF de dejar Comodoro Rivadavia se anunció apenas asumió el nuevo gobierno nacional y de inmediato se expresó en la ciudad las consecuencias negativas que ello implicaría, como la responsabilidad que le cabe por el pasivo ambiental.
Además, el intendente Othar Macharashvili ratificó en estas horas su decisión de defender los derechos de quienes se vean afectados en aspectos socio-económicos por dicha medida.
“Además de los más de 2.000 puestos de trabajo que se perderán en las empresas que hoy son contratistas de YPF, o que se desempeñan en tareas indirectamente relacionadas con su actividad, hay que considerar que habrá menos circulante en la ciudad, afectando al comercio local y a otras actividades que siempre se movieron al compás de los sueldos petroleros. Por ejemplo, albañiles particulares, jardineros, taxistas. Siempre YPF fue motor en ese sentido, aún por menor que fuera el ritmo en sus yacimientos, como venía ocurriendo en los últimos años”, dijo Macharashvili.
En este sentido, el intendente proyecta aunar criterios con referentes sindicales que también vienen marcando las consecuencias que traerá el abandono de la petrolera estatal de la región que solo mantendrá el yacimiento de Manantiales Behr, dado que centrará su actividad en Vaca Muerta, Neuquén.
La misma sintonía
Macharashvili comparte la preocupación del dirigente de la UOCRA, Raúl “Conejo” Silva, quien consideró que “es un perjuicio para todos, más allá de los gremios que estamos trabajando para YPF. Quedan obreros desvinculados no solamente en lo gremial; las pymes; los comercios”.
El intendente, por su parte, recordó lo que significa la compañía petrolera para la ciudad. “Históricamente, fue el motor de la ciudad; un poco el parámetro de cómo estábamos. Desde su surgimiento, y hasta los años 80, Comodoro creció según lo hacía YPF. Todos nos beneficiamos y no queremos volver a la época de la privatización salvaje de los años 90, cuando quedó un tendal de afectados y la ciudad inició un declive que costó levantar”, destacó.
A juicio de Macharashvili, “no podemos resignarnos a perder lo que obtuvimos en este siglo, cuando Comodoro vivió otro ‘boom’ gracias al petróleo, el cual supimos aprovechar para crecer porque hubo en el municipio una conducción atenta y en sintonía con las necesidades de la gente”.
Por esa razón, resaltó que “estoy dispuesto a dar las batallas que haya que dar para que no se afecte ningún derecho actual de los trabajadores de Comodoro, sean de la actividad que sean. No podemos permitir que desde Buenos Aires tomen decisiones macroeconómicas que solo les cierran a ellos, sin considerar a nuestra gente. Y si hay que pagar algún costo político, lo haremos”, concluyó Macharashvili