(Depetroleo-Gonzalo Díaz). En medio de disputas comerciales prolongadas y el aumento de las tasas de interés, la economía mundial continuará desacelerándose el próximo año, según las últimas previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Pero el grupo con sede en París no ve una recesión en el horizonte.
El crecimiento global disminuirá de un 3.7% estimado este año a un 3.5% en 2019 y 2020, por debajo de un pronóstico anterior del 3.7% para 2019.
Se espera que la desaceleración sea la más afectada en las economías en desarrollo, a medida que el aumento de las tasas de interés disminuya la inversión, como Brasil, Rusia, Turquía y Sudáfrica.

"Estamos volviendo a la tendencia a largo plazo. No esperamos un aterrizaje duro, sin embargo, hay muchos riesgos. Un aterrizaje suave siempre es difícil", dijo el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone.
Los flujos comerciales entre EEUU y China se han desacelerado después de una escalada de aranceles de los titulares por parte de Washington y Pekín. Las estancadas negociaciones sobre el Brexit sobre la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea también han generado incertidumbre sobre el impacto en los flujos comerciales entre la UE y el Reino Unido.
Una escalada de las tensiones comerciales podría reducir el crecimiento del PIB mundial hasta en un 0,8% para 2021, según las últimas estimaciones de la OCDE. Gracias en parte al efecto de estímulo de los amplios recortes de impuestos, la previsión de la OCDE para los Estados Unidos en 2018 y 2019 no varió respecto de la proyección del grupo en septiembre, que prevé un crecimiento del PIB de casi el 3,0% este año y casi un poco más del 2,0%. en 2020, a medida que el efecto de estímulo de los recortes de impuestos disminuye y las tarifas más altas comienzan a reducir las ganancias corporativas.

Se espera que la economía de China continúe desacelerándose a un mínimo de 30 años del 6,0 por ciento en 2020, mientras Beijing trata de manejar el impacto de los aranceles más altos de los EEUU.
Las perspectivas de crecimiento para Europa se debilitaron con respecto a las previsiones de septiembre, con un descenso de cuatro décimas del 1,6 por ciento en 2020, a pesar de los esfuerzos de los banqueros centrales europeos para impulsar el crecimiento con tasas de interés bajas. Además de las preocupaciones sobre el impacto del Brexit del Reino Unido, la economía de Europa se enfrenta a una desaceleración más profunda de lo esperado en Italia. El crecimiento italiano se fija en solo 1.0 por ciento este año, disminuyendo a 0.9 por ciento en 2019 y 2020.