Como venimos detallando, la administración Trump esta en la búsqueda de posicionarse nuevamente como líder de la economía mundial, sea controlando la agenda geopolítica, o generando un nuevo paradigma global económico. Para lograr ese objetivo es de vital importancia la recuperación económica, y como motor de esa recuperación el cambio en la matriz del sector energético industrial, de importador a exportador de petróleo, gas y demás insumos petroquímicos y derivados de hidrocarburos.
"Esta administración acaba de aprobar un nuevo gasoducto que conectará a México y ayudará a aumentar las exportaciones y que irá por debajo del muro." dijo el jueves pasado el Presidente Trump.
Estas declaraciones son indicadores y coincidentes con la realidad que subyace al sector energético/económico del país azteca, y a menos de que ocurra una tragedia EEUU será por mucho tiempo el máximo proveedor energético de México.
Las cifras, números y porcentajes son muy claros y evidentemente desfavorables para México, las ventas de crudo a EEUU cayeron 40% en el período 2007/2017, el nivel de reservas bajó un 45% entre 2012 y 2016, y justamente este hecho explicaría la disminución de productividad, y a su vez la limitada capacidad financiera de la estatal mexicana Pemex para lograr un desarrollo pleno de usar la totalidad de sus recursos tanto en los campos maduros como en ultramar, ya que los costos para este tipo de producción son elevadísimos.
Fuente: ElFinancieroMX.com