Los permanentes conflictos laborales que se vienen dando en la industria petrolera les hace perder a las provincias afectadas por solo un día de paro US$ 614.000 dólares en concepto de regalías e ingresos brutos que dejan de percibir, reveló un informe realizado por una de las empresas del sector al que Télam accedió en forma exclusiva.
La primera cuota del aumento será del 10% y abonará de manera retroactiva desde abril, mientras que el segundo tramo del 10% restante se pagará con el salario de junio.
La cifra corresponde a que por cada día de paro las provincias dejan de percibir en forma directa US$ 270.000 en concepto de regalías y de la percepción del impuesto a los Ingresos Brutos, a los que se suman una vez terminada la huelga, otros US$ 177.000 por el tiempo que demora un yacimiento en recuperar su nivel de actividad, y otros US$ 167.000 que representa el costo de oportunidad perdido durante el parate en la producción.
El relevamiento efectuado por esta empresa, que prefirió mantener su identidad en reserva, por la delicada situación en la que se encuentra la industria petrolera, donde luego de seis meses de haber sido anunciado el acuerdo de productividad del sector no se cumple en su totalidad, puso de manifiesto que la persistencia de conflictividad laboral obstaculiza la llegada de inversiones y resta recursos a las provincias.
De hecho, la semana pasada se conoció que YPF denunció en la Justicia Penal Federal al Sindicato del Petróleo y el Gas Privado de Neuquén, conducido por Guillermo Pereyra, debido a los bloqueos que sufrieron los yacimientos y rutas situados en la localidad de Rincón de los Sauces, entre el 27 de abril y el 4 de mayo, por los cuales peligró el abastecimiento de combustible en todo el país.
Durante 2016, la compañía habría perdido, debido a los conflictos sindicales, casi US$ 90 millones.
En este marco, a seis meses de que el presidente Mauricio Macri anunció la firma de un acuerdo de productividad para el yacimiento neuquino de Vaca Muerta, trasladable al resto del país, los sindicatos y las empresas siguen sin poder aplicar en su totalidad la adenda a los convenios laborales petroleros.
Según fuentes del sector, el punto que genera más conflictos es el artículo 12, que establece las dotaciones necesarias para los equipos de fractura en 16 personas, de las cuales 13 deben ser petroleros de base y 3 jerárquicos.
En cambio, el Sindicato pidió que se revise ésa cifra para que sean 19 operarios, 16 petroleros de base y 3 jerárquicos.
Otra compañía, la petrolera de origen chino Sinopec advirtió meses atrás que la toma de sus instalaciones al norte de la provincia de Santa Cruz, en el marco de una protesta gremial ajena a la compañía, ponía en riesgo el cumplimiento del plan de inversiones previsto para el año en curso por US$ 300 millones.
El informe al que accedió Télam señala que “una huelga afecta la producción, la perforación, la extracción, la recuperación secundaria”, y explica que ”una vez levantado el paro, hasta recuperar el nivel anterior, en promedio, se pierde un 65,8% adicional”, a los US$ 270.000 diarios de regalías e ingresos brutos, lo que se significa otros US$ 177.000.
Además, el análisis precisa que “en todos los equipos se incurre en dos costos, uno perdido incurrido durante el conflicto; y otro que corresponde a la producción perdida de ahora en más, porque el equipo no reparó o no hizo el trabajo que tenía que hacer”, es lo que se conoce como costo de oportunidad, es decir, lo que se dejó de producir, que se traduce en dinero que dejó que ingresar.
Por este concepto, las provincias dejan de percibir otros US$ 167.000, con lo cual un solo día de paro termina por perjudicarlas en US$ 614.000.