(Depetroleo-Gonzalo Díaz). La Reserva Federal (Fed) estadounidense propuso el miércoles relajar las normas impuestas a los principales bancos del país tras la crisis de 2008, en consonancia con la tendencia a la desregulación impulsada por la administración de Donald Trump.
Las nuevas reglas, que acompañan la aprobación de una ley en el Congreso este verano boreal, disminuirán los colchones de capital y las pruebas de estrés a 15 bancos e instituciones financieras de peso, como US Bancorp, Capital One, PNC Financial o SunTrust.
Algunas de estas instituciones ahora estarán sujetas a pruebas de estrés solo cada dos años.
Sin embargo, los ocho bancos estadounidenses más grandes que representan más del 50% de los activos bancarios de Estados Unidos permanecerán bajo escrutinio con pruebas anuales.
Esta lista incluye a JP Morgan, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs, Stanley Morgan, Bank of New York Mellon y State Street.
Los principales bancos extranjeros no se ven afectados actualmente por esta relajación de la regulación, pero la Fed está estudiando una propuesta que se hará pública “en breve”, según se informó.
Este alivio de las regulaciones establecidas por la ley Dodd-Frank después de la crisis de las hipotecas “subprime” que hundió al mundo en una recesión entre 2008 y 2009, no fue unánime en la junta directiva de la Fed.
La gobernadora Lael Brainard, una demócrata designada por Barack Obama, votó en contra. “Esto alivia las exigencias reglamentarias para los bancos estadounidenses que tienen activos valorados entre 250.000 millones y 700.000 millones y debilita las protecciones que se encuentran en el corazón de nuestro sistema”, dijo.
El jefe de la Fed, Jerome Powell, un ex banquero, apoyó el borrador de la norma, al que considera “sensato”. “Estas propuestas adaptan nuestros estándares prudenciales para que coincidan con los perfiles de riesgo de las instituciones que supervisamos”, dijo al Consejo.
En detalle, el vicepresidente de la Fed a cargo de la regulación bancaria, Randal Quarles, aseguró que la nueva norma bajaría 0,6% u 8.000 millones de dólares a la cantidad total de capital retenido por los grandes bancos (1,3 billones de dólares).
También reducirá la cantidad de activos líquidos de 2% a 2,5%, totalizando 3,1 billones de dólares.