(Depetroleo-Gonzalo Díaz). Los mercados financieros globales vuelven a mostrar algunas señales de advertencia, ya que la venta masiva de acciones eliminó por completo las ganancias obtenidas en los mercados bursátiles de EEUU en 2018. Y la crisis económica y financiera podría desencadenar en una desaceleración más amplia, lo que plantea dificultades para los precios del petróleo.
Los riesgos para los mercados financieros se han multiplicado este año. El último catalizador ha sido la agitación de las acciones tecnológicas, que una vez ayudó a elevar el valor de las acciones, pero ahora está arrastrando a un sistema financiero más amplio. El sector de la tecnología está siendo golpeado en múltiples frentes. Una serie de escándalos en Facebook ha aumentado el escrutinio y ha aumentado las probabilidades de una acción reguladora. Las ganancias para muchas empresas de tecnología tampoco son lo que fueron.
Pero el problema no es sólo con la tecnología. Otras finanzas corporativas están asustando a los inversores. Las ganancias del tercer trimestre de una serie de las principales compañías estadounidenses decepcionaron. Los mercados de crédito también están empezando a agriarse. Por ejemplo Bloomberg observa que tanto las notas de alto rendimiento como las de grado de inversión están programadas para pérdidas este año, tanto en euros como en dólares, por primera vez que ocurre desde 2008.
Goldman Sachs les está diciendo a los inversionistas que cambien a efectivo, una señal de que el banco está preocupado por el futuro a corto plazo de las acciones globales. "El efectivo representará una clase de activos competitivos para las acciones por primera vez en muchos años", detallaron los analistas de Goldman en un informe reciente.
Con el cierre de 2018, los economistas están cada vez más preocupados de que 2019 experimentará más turbulencias económicas. La Reserva Federal continúa aumentando las tasas de interés, lo que ha aumentado el costo de los préstamos, golpeado el mercado de la vivienda y aumentado el déficit comercial. El dólar también se ha fortalecido significativamente este año, que ha golpeado las monedas de los mercados emergentes y ha llevado a la volatilidad y la fuga de capitales.
La tensión entre Estados Unidos y China ha disminuido y las esperanzas de una solución a corto plazo para la guerra comercial. El fuerte temperamento del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump siempre deja abierta la posibilidad de un desarrollo sorpresa, pero a partir de ahora, parece que la guerra comercial continuará.
Estas son malas noticias, y solo empeorarán a medida que pase el tiempo. El arancel estadounidense del 10% sobre u$s 200 mil millones de productos chinos aumenta a 25% a principios de 2019. Además, si la reunión tan esperada entre Trump y Xi Jingping en Buenos Aires, en el contexto de la cumbre del G20 a finales de este mes no va bien, la administración de Trump podría avanzar en su amenaza de imponer aranceles a u$s 260 mil millones adicionales de importaciones chinas.
De hecho, el resultado de esta reunión podría tener ramificaciones globales. Un avance en las negociaciones proporcionaría un impulso a las finanzas globales, pero una profundización del conflicto podría arrastrar aún más a la economía global, ya que se recuperó del lento crecimiento y del último brote de volatilidad.
Todo esto es negativo para la demanda de petróleo, que ya ha sido revisada repetidamente a la baja este año. La AIE considera que la demanda crecerá en 1.3 millones de barriles por día en 2018 y en 1.4 millones de barriles diarios en 2019. A principios de este año, la agencia pensó que la demanda crecería en 1.5 barriles al dia en 2018. "De desde el último reporte, la economía se ha deteriorado", indicó la AIE este mes. La otra cara es que los precios más bajos del petróleo mitigarán la destrucción de la demanda. "Si bien el crecimiento económico más lento en algunos países reduce las perspectivas de la demanda de petróleo, una revisión a la baja significativa que nuestro pronóstico de precios es favorable".