Pese a los rumores de que los incendios de esta semana en Canadá y los pozos abandonados en Estados Unidos puedan contribuir a aliviar la sobreoferta mundial, éste sigue siendo un problema a nivel global y muy dependiente de las decisiones geoestratégicas. Tras la falta de acuerdo sobre la limitación del suministro en la última reunión de productores el pasado 17 de abril, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo parecen haber abierto el grifo y están más cerca de introducir más crudo al mercado que de apostar por la congelación para estabilizar los precios. En el mes de abril el bombeo ha alcanzado la cifra récord de 33. 217.000 millones de barriles diarios (mbdb), según los datos difundidos por Bloomberg esta semana, afectando también a los precios que cayeron de máximos durante los últimos días.
El cártel subió la producción en 484 mil barriles por día, lo que le significó un aumento de 1,48 por ciento, desde los 32,73 mbd que se contabilizaron en marzo. El incremento se explica, según Reuters, por el aumento de suministro de Irán (300.000 barriles) e Irak (160.000 barriles), que contrarrestó una huelga en Kuwait y otras interrupciones de suministro.
Este aumento deja a un lado lo acordado en febrero, de no superar el los 32.000 millones de barriles diarios, y añade un ingrediente más a la tensión en el mercado petrolero y sobre todo a las posibles medidas que pueda tomar, Arabia Saudí, que hasta ahora se ha considerado el petroestado más fuerte del grupo y capaz de liderar la estrategia de la OPEP.
Hay que tener en cuenta además, que Irán y Arabia Saudí son enemigos tradicionales en el mercado energético, pero también en el plano geopolítico económico y religioso debido al enfrentamiento entre chiíes (Irán) y suníes (Arabia Saudí) que lleva más de 30 años disputándose. Desde el levantamiento de las sanciones, Irán amenaza con volver a recuperar su anterior cuota de mercado, que se sitúa en torno a los 4 millones de barriles diarios. Este movimiento, podría hacer mucho daño a Arabia Saudí, pero también a las cotizaciones ya que se sumaría a la sobreoferta mundial. Recordemos que esta enemistad llevó en febrero a que Irán bajase los precios de venta de petróleo pesado a Asia, por debajo de los que ofrecían los saudíes, según Bloomberg.
Por eso, la meta de aumentar la producción es para Irán, el principal escollo que imposibilita la congelación de la producción y una herramienta que también a utilizada Arabia Saudí como condición para suscribir cualquier acuerdo de producción. Además, ponen sobre la mesa la posible intención de Arabia Saudí de incrementar su producción de 10,19 mbd que tenía en marzo a 11,50 inmediatamente, tal como sugería el príncipe Mohammed bin Salman recientemente.
Sin embargo, otras fuentes de la industria indicaron a Reuters que Riad no tendría intención de llevar más petróleo al mercado si no hay demanda, y que las declaraciones del príncipe Mohammed solo servían para dejar clara la capacidad teórica del reino de elevar la producción de manera inmediata. Si se tiene en cuenta el promedio del periodo final después de la reunión en Doha, Arabia Saudí agregó solo 184.600 barriles por día a lo que ya bombeaba previamente, según datos de Reuters. Si se produce algún incremento, sería solo por las necesidades que requiere el verano, en cuestión de energía.
En la lista de los miembros de la OPEP que incrementaron la producción en el pasado mes también están Emiratos Árabes Unidos, con una ampliación de 60.000 barriles, para llegar a un nivel máximo histórico de 2,95 mdb, así como Angola, Qatar y Ecuador . En el otro lado, Kuwait, Nigeria,Libia e Indonesia redujeron su producción y Argelia y Venezuela, la mantuvieron estable, según Reuters.(E16)