(Telam) La actividad de las petroleras en la formación de Vaca Muerta cerró junio con una moderada recuperación respecto al mes previo, al alcanzar 196 etapas de fractura, un indicador que continúa reflejando la crisis de demanda que impuso la pandemia de coronavirus en el mercado local y global.
Así se desprende de un informe elaborado por el especialista Luciano Fucello, country manager de la firma NCS Multistage, en el que se destacó que las 196 fracturas registradas respondieron a la operatoria de shale oil de las empresas Shell (148) y Chevron (48).
La cifra muestra una sensible mejora respecto a las 28 fracturas de mayo y el resultado nulo de abril cuando la paralización de la actividad en la cuenca neuquina fue total por los efectos del aislamiento por la pandemia.
El informe también incluye la actividad convencional que desarrolló en el mes la empresa Pan American Energy en sus yacimientos de la provincia de Chubut, donde realizó 26 etapas de fractura.
La caída de actividad ya se registra desde que en marzo las petroleras y sus compañías de servicios concretaron 430 etapas de fractura hasta el 20 de marzo, mientras que en febrero la cifra era de 401 etapas.
En 2019, Vaca Muerta cerró en su nivel histórico más alto, con 6.425 etapas de fracturas y 33% más de producción en las áreas en concesión respecto de 2018.
La técnica de fractura, o fracking en inglés, es la forma en que se estimulan los pozos de recursos no convencionales como el de Vaca Muerta, y que consiste en perforaciones mediante la inyección a presión de un fluido formado básicamente por agua y arena (99,5%), más el agregado de algunos aditivos químicos, y que puede alcanzar longitudes de hasta 3 kilómetros de extensión horizontal.
Se trata, en definitiva, de la construcción del pozo para la extracción de los recursos de petróleo y gas no convencionales.