(Por Pablo Galante para depetroleo, especialista en RRHH- 2Value Consulting)
¿Con que me va a salir ahora?
¿Cuántas veces nos preguntamos eso cuando nos llamaron a la oficina del jefe?
¿Qué nos pasa por el cuerpo cuando sabemos que hará un comentario sobre el ultimo entregable o porque no llegamos al objetivo?
¿Fuimos preparados a esa conversación?
Es sabido que recibir feedback no resulta fácil para la mayoría de nosotros. Hasta un comentario bien intencionado puede cambiar el estado de ánimo, tensar una relación o generar ciertas barreras en la comunicación con el líder.
Gran parte de las organizaciones se preocupan por dar herramientas a sus líderes para que brinden feedback de calidad, que resulte una instancia de aprendizaje para el colaborador y dé la oportunidad de trabajar sobre sus puntos de mejora.
La pregunta es: ¿la persona está lista para recibir el mensaje?
La buena noticia es que si conseguís aprovecharlo como una instancia de aprendizaje NO TE PARA NADIE.
En ese sentido, propongo analizar el tema desde la siguiente perspectiva
• Separar el mensaje del mensajero
• Intentar extraer valor de las críticas, incluso cuando es mejorable la forma en la que nos lo han comunicado. No vale enojarse, ni personalizarlo.
• A partir de esa instancia, muchas veces incómoda, prepararnos para crecer, confiar en nosotros, tenemos todas las herramientas para lograr lo que nos proponemos.
• Tratar de no quedarse solo con la observación que hicieron, indagar, conversar para aclarar lo que no cierra.
• No esperar a que termine el proceso de evaluación en la organización para conversar sobre el desempeño.
Por último, recordar que puede ser mejor pedir feedback proactivamente, predispone mejor a las observaciones y seguro mejora nuestra marca personal.
¿Estas dispuesto a despegar hacia el máximo potencial?
¿Cuándo vas a pedirle a tu líder una conversación de FEEDBACK?