El pasado 6 de setiembre, integrantes de la Unión Cívica Radical se reunieron con el ministro de Energía Juan José Aranguren y le presentaron una nota surgida del Comité Nacional del centenario partido.
En la misma le solicitaban al titular de la cartera de Energía “sincerar gradualmente” las tarifas de gas y “bajar” el precio de las naftas y el gasoil” eliminado “los subsidios a las empresas petroleras”.
Este documento fijó “la posición del partido ante el incremento de precios y tarifas energéticas”.
“Hay que ir, gradualmente, quitando los subsidios a las empresas petroleras para que el gasoil y la nafta empiecen a bajar”, aseguró el titular del Comité Nacional, José Corral, quien participó del encuentro junto con los presidentes de los bloques parlamentarios del radicalismo, Angel Rozas y Mario Negri.
En ese sentido, Corral dijo que “el precio sostén del petróleo está por arriba del precio de mercado, unos 20 dólares, estamos subsidiando a las empresas” y subrayó que “el Gobierno lo va a evaluar”.
En el documento, en tanto, el radicalismo sugiere “establecer criterios que tiendan a sincerar tarifas que estén manifiestamente atrasadas y disminuir el precio del crudo en boca de pozo, claramente sobrevaluado”.
“Ambas acciones deberían llevarse a cabo gradualmente, de manera coordinada y tomando en cuenta criterios de equidad social y geográfica, de manera tal que se logre conciliar un necesario ejercicio de responsabilidad fiscal sin que acarree más costos que los razonables, de conformidad a estrictos criterios de eficiencia para los usuarios”, se indicó.
En el escrito, el radicalismo enfatiza que “durante la última década se fomentó un sistema de precios y tarifas energéticas ampliamente distorsionado. Todo ello sobre la base de una concepción populista que trajo como corolario la pérdida del autoabastecimiento energético y un servicio eminentemente deficitario”.
“Resulta imperativo abordar activamente estos desequilibrios heredados por nuestro gobierno, a través de la implementación de una política tarifaria de adecuación gradual, pero con objetivos ambiciosos”, subraya el documento.
Totalmente “inconsulto”
Al ser consultado sobre este tema, el senador Alfredo Martínez sostuvo a La Opinión Austral que “no fuimos consultados para nada” sobre esta postura y “a las claras está que los senadores y diputados de las provincias petroleras no la acompañamos”, más allá de que “tampoco fuimos invitados a hacerlo”.
Ante los embates que se repiten para que se disminuya el precio interno del crudo, algo que podría ser fatal para la conservación de los puestos de trabajo en el sector, hoy ya en crisis y en plena negociación entre provincias, gremios y petroleras (ver página 3), Martínez planteó que “lo que yo espero es que Aranguren cumpla con su palabra y anuncie en un par de semanas una política integral que incluya el tema de hidrocarburos y combustible, pero teniendo en cuenta la realidad del sector”.
Es “inadmisible”
En tanto, el presidente de la Comisión de Fomento de Cañadón Seco, Jorge Soloaga, aseguró que tomar una decisión como esa sería un “verdadero desastre social”. Señaló que es “necesario advertir la grave crisis financiera que sobrevendrá en las provincias petrolíferas, así como el nivel de desocupación por despidos que implica una decisión de tamaña magnitud”.
Sostuvo también que “el precio sostén es un instrumento de arquitectura económica como política pública impulsado desde la lógica del mantenimiento del nivel de actividad petrolera para sostener la inversión y con ella los puestos de trabajo, de manera de garantizar un flujo económico constante que otorgue previsibilidad a la actividad regional. La eliminación o reducción de esa herramienta es provocar, lisa y llanamente, un desastre social con su consecuente quebrantamiento de la paz social a niveles inusitados”, señaló.
“Lo solicitado así, tan inocente y trivialmente, y que se hace en nombre de un aumento gradual y de sinceramiento tarifario por presuntos atrasos, constituye en realidad un acto inadmisible, por ignorancia o por funcionalidad al propósito oculto, que es el de aumentar la rentabilidad de las empresas del sector a costa del bolsillo y el esfuerzo bestial impuesto a los sectores populares”.(LOA)