(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El jueves por la mañana, la tormenta tropical Eta tocó tierra sobre el norte de Florida y se ha convertido en la duodécima tormenta con nombre en tocar tierra en un año récord de 29 tormentas.
Una cantidad sin precedentes de sistemas tropicales se han arremolinado alrededor de la cuenca del Atlántico este año, rompiendo el récord de 2005 de 28. La actividad tropical por encima del promedio ha diezmado la industria del petróleo y el gas con operaciones en alta mar en el Golfo de México.
Según Bloomberg, unos 41 millones de barriles se descontaron porque las plataformas de petróleo y gas en alta mar se cerraron debido a la actividad tropical(1).
"Entre la tormenta tropical Cristóbal a principios de junio y la última sopa de letras griegas de tempestades que interrumpieron las plataformas petroleras en el Golfo, los perforadores costa afuera tuvieron que cerrar alrededor de 41 millones de barriles de producción, la mayor cantidad en datos gubernamentales que se remontan a 2010", señala el medio especializado.

Los recortes de producción del Golfo de México equivalen a unos 270 mil barriles por día, o aproximadamente la misma tasa de producción que la República del Congo, miembro de la OPEP. Las reducciones se producen cuando los inventarios de crudo de EE.UU. ya se han incrementado debido al colapso de la demanda de crudo debido a la pandemia del virus.
"La producción cayó en agosto principalmente porque los huracanes interrumpieron la producción desde el Golfo de México", declaró esta semana el Short-Term Energy Outlook de la Administración de Información Energética. "La EIA informó que la producción de crudo estadounidense en el Golfo de México promedió 1,2 millones de b/d en agosto, 0,5 millones de b/d menos que en julio".
Se espera que continúe la caída de la demanda de productos crudos, ya que el resurgimiento de la pandemia del virus ya está generando nuevas restricciones que limitarán la movilidad en los Estados Unidos.
Con la temporada de huracanes que termina el 30 de noviembre, esto podría llevar a que la producción vuelva a estar en línea en el Golfo de México, lo que presionaría aún más los precios del crudo.