(Depetroleo-Gonzalo Díaz). Con la entrada en vigencia de la imposición de las cuotas arancelarias por parte de Estados Unidos este último viernes, entró en vigencia la próxima fase de la guerra comercial. Y en lo referente al mercado petrolero, sólo resta saber si el cruce arancelario entre Beijing y Washington, detendrá el rally ascendente del crudo.
Los aranceles estadounidenses sobre la poderosa maquinaria china (autopartes, dispositivos médicos y tecnológicos) por un valor de 34.000 millones de dólares, tendrán como represalia la imposición de aranceles por parte de China sobre la soja y los SUV americanos.
Estos desacuerdos comerciales se da puntualmente, en un momento en el que la economía mundial en general, comienza a mostrar signos de desaceleración. Y algunos economistas están proclamando el final del "crecimiento global sincronizado", que contribuyó al impulso de los buenos resultados en lo que va del 2017.
Con estos factores mencionados, guerra comercial y desaceleración económica global, probablemente sean el detonante de una escalada y el comienzo de un fenómeno financiero más complejo, que podrían comenzar a reducir la demanda de crudo. China también ha propuesto aranceles para el petróleo estadounidense, lo que podría reducir las compras de crudo de 'oro negro' de los yacimientos de lutitas de EE.UU., aunque quepa la posibilidad de que ese recurso sea desviado hacia otro mercado.
Más allá de esta coyuntura, no está del todo claro que estas dificultades económicas que enfrentan los mercados, perturban sustancialmente los valores del petróleo, que está subiendo inexorablemente hacia los 80 dólares por barril, o tal vez más.
Goldman Sachs ha mantenido una perspectiva alcista para las materias primas para la mayor parte de este año, y le restó importancia a la amenaza, con su pronóstico de esta semana. "Aunque las materias primas mantengan su status como la clase de activos con mejores resultados durante 2018, el mes de junio fue un retroceso sustancial, impulsado por la debilidad de los mercados emergentes, las preocupaciones de la guerra comercial y la salida de la OPEP del programa de recortes de suministros", estimó la entidad financiera.
En tal sentido, Goldman Sachs reiteró su pronóstico de aumento del 10% al 12% para las materias primas para los próximos 12 meses. Además descartó algunas amenazas a esas estimaciones, argumentando que la reciente debilidad de la Unión Europea y Japón se ha estabilizado en su mayoría. La desaceleración de China está siendo contrarrestada por la reducción de las tasas de interés por parte del Banco Central del gigante asiático. Y la agitación en los mercados emergentes, como el de Argentina, Brasil y Turquía "siguen siendo pequeños eventos aislados desde la perspectiva de los productos básicos".
Goldman Sachs, también se atrevió a descartar la imposición de aranceles al crudo norteamericano por parte de China, argumentando que los mercados se adaptarán rápidamente. China finalmente terminará comprando más crudo a Rusia, Medio Oriente, África Occidental y el Mar del Norte.
En resumen, la entidad bancaria de inversión, no cree que la guerra comercial termine con la recuperación que experimentan las materias primas. "Creemos que el impacto de la guerra comercial en los mercados de productos básicos será muy pequeño, a excepción de la soja, donde no es posible un redireccionamiento completo de esos suministros", estimó Goldman Sachs.