(Depetroleo-Gonzalo Díaz). En la disputa Irán entre EEUU, Estados Unidos ha visto recientemente acelerarse a una velocidad sorprendente que continúan extendiéndose en un número cada vez mayor de regiones, presidentes y primeros ministros de muchos países, así como líderes de diversas instituciones, fundaciones y empresas. Los medios internacionales proporcionan diversos tipos de comentarios, artículos, ensayos, hipótesis y pronósticos que literalmente han inundado periódicos, revistas, radio y televisión. Todos aquellos que habitualmente consumimos información, sin necesariamente detallar la procedencia de la misma o el medio por el cual se difunda, difícilmente podremos hacer frente a esta sobredosis de información y a veces hasta podremos encontrar serias dificultades para descifrar las sutilezas de la política exterior que está llevando a cabo la Casa Blanca en un momento en que es cada vez más difícil dilucidar las nuevas variantes diplomáticas que lleva a cabo la administración Trump.
En esta ocasión, intentaremos desde Depetroleo desarrollar o al menos avanzar una idea general de lo que está sucediendo en el Golfo Pérsico. Comencemos con una descripción de los aspectos básicos de la política de Donald Trump. En el curso de su campaña electoral, proporcionó una imagen clara de su postura sobre Irán que le aseguró al menos varias docenas de miles de votos: el acuerdo que el ex presidente Barack Obama había hecho con los ayatolás iraníes no resultó muy conveniente para el pueblo estadounidense, que es la razón por la que lo pondría fin y luego, tan pronto como Teherán se arrodilla, hará un nuevo acuerdo que sería totalmente ventajoso para los Estados Unidos.
Donald Trump cumplió la primera parte de su promesa y, con pompa y circunstancia, abandonó el acuerdo nuclear internacional con Teherán, que por cierto había sido firmado no solo por los EEUU, sino también por varios países europeos. Sin embargo, se encontró con un problema menor: ¿cómo conseguir que Teherán haga un nuevo acuerdo sobre las condiciones que Estados Unidos quiere? Y fue aquí donde Trump no tomó en consideración un hecho: Irán es un estado soberano, un estado miembro de muchas organizaciones internacionales. Los iraníes tienen derecho a tener su propio orgullo, dignidad y amor por la libertad, lo que les impide aplacar los artilugios de un presidente, en apariencia inconsistente, y acceder a las solicitudes de los Estados Unidos.
En este caso, Donald Trump, preocupado por las próximas elecciones y una posible disminución de su prestigio, no puede romper sus promesas. ¿Qué va a hacer? Como es su costumbre, el presidente norteamericano (aparentemente "impredecible") comenzó imponiendo sanciones a los iraníes que intentan sofocarlos con el hambre y el déficit de medicamentos básicos y equipos médicos de vanguardia. Y después de que falló, recurrió a las amenazas de usar la fuerza mientras seguía enviando más tropas a la región. Al mismo tiempo, ocurrieron una serie de hechos (calificados por algunos analistas como provocaciones), como las explosiones de petroleros en el Golfo Pérsico y en el Golfo de Omán. Finalmente, un avión de última generación y un dron de reconocimiento fueron enviados al dominio aéreo de Irán.
Lo que si esta claro es, que después de haber enviado deliberadamente a sus tropas a la muerte (como la Casa Blanca esperaba que los antiaéreos iraníes les dispararan), Washington iba a usar esta terrible y sangrienta provocación contra Irán. La pérdida de los 35 miembros de la tripulación del avión de reconocimiento habría sacudido a toda la nación estadounidense y le habría brindado a Donald Trump un pretexto legal para lanzar cualquier tipo de ataque contra Irán, incluido un posible ataque nuclear, y la verosimilitud de tal deliberación está demostrada por el hecho de que el presidente de los Estados Unidos efectivamente (según aseguran algunos analistas) ordenó atacar a Irán, pero luego canceló la orden.
Lo que es cierto que, por el momento, la Casa Blanca está tratando de mostrar pequeñas concesiones (como parte la impronta negociadora de Trump, que tanto lo caracterizó a lo largo de la gestión en el sector privado) a Irán mediante la realización de algún tipo de conversaciones secretas que supuestamente están en curso en el Sultanato de Omán y Kuwait. Sin embargo, Donald Trump tiene que darse prisa, las elecciones se realizarán pronto y debe ser muy exitoso para causar una fuerte impresión en el electorado. En cuanto a Irán, ha visto décadas un sinfín de sanciones economicas desde la Revolución Islámica de 1979, por lo que si tiene que tolerarlo un poco más, lo hará, lo que nunca harán es inclinarse ante Washington.