Como se informó oportunamente la demanda de gasoil se ubica en los niveles más altos de los últimos años, especialmente luego de las restricciones por la pandemia, que generó que los niveles se disparan, sumado a la actividad agropecuaria y a la carga de vehículos de países limítrofes.
En primer lugar, se observa un crecimiento en algunas provincias con fuerte producción agropecuaria, que no se correlaciona en forma directa con el nivel de actividad.
Además, el país importa el 30% de la producción de gasoil para abastecer el mercado local. El valor de los combustibles a nivel internacional se encuentra en los máximos históricos y la logística se encuentra limitada como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Consecuentemente, los costos de importación de combustibles alcanza los máximos valores registrados para esta región, ampliando fuertemente la brecha con los países limítrofes.
Lo anterior, ejerce una presión inusual al consumo fronterizo a nivel país que explica el crecimiento inusual de la demanda en las regiones de NOA y NEA.
Frente a ese escenario, la industria en su conjunto despachó 3,9 millones de m3 de gasoil, lo que representa un volumen récord vs. pre-pandemia: 12% más que en 2019 (3,4 millones de m3).