(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El presidente Mauricio Macri ya enfrenta una ardua batalla para la reelección el próximo año entre la recesión económica de Argentina y la crisis monetaria. Ahora se agregan problemas de crecimiento salarial y su desfasada relación con el creciente índice inflacionario.
El desajuste entre el crecimiento de la inflación y el salario se está ampliando, una manera segura de enfurecer a los votantes. Para agosto, los salarios subieron un 21,9 por ciento interanual, según datos del gobierno publicados el miércoles. El problema de Macri es que la inflación para el mismo mes llegó al 34,4 por ciento y se esperaba más dolor: los economistas encuestados por el Banco Central ven que llegará al 44% en diciembre.
Los aumentos de precios están golpeando duro a los bolsillos. Los precios de los alimentos y bebidas subieron un 33,5 por ciento en agosto, mientras que los precios de los servicios públicos, profundamente afectados por el recorte de los subsidios por parte del gobierno, se dispararon un 52,8%.
Como era de esperar, el índice de aprobación de Macri ha alcanzado el nivel más bajo de su presidencia. Las nuevas cifras publicadas el miércoles muestran que su índice de aprobación en octubre se situó en 1,76 en una escala del 1 al 5, según una encuesta de referencia publicada por la Universidad de Torcuato di Tella y Poliarquia Consultores. En septiembre subió un pelo desde 1,75, pero un punto más bajo que los 2,83 de hace un año y no se acerca a los 3,14 al comienzo de su presidencia.