(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El pasado 12 de agosto los mercados financieros argentinos se derrumbaron tras la abrumadora diferencia que el opositor Alberto Fernández logró sobre el presidente Mauricio Macri en las elecciones presidenciales primarias, que alejó la posibilidad de una reelección del actual mandatario, Mauricio Macri, de los comicios del próximo mes de octubre.
De inmediato, el Gobierno de Macri publicó el Decreto de Necesidad y Urgencia 596/2019 que limita la compra de divisas y las transferencias interbancarias y asimismo, impone la liquidación de las divisas a los exportadores en un intento por controlar el mercado cambiario.
La nueva normativa estará en vigor hasta el 31 de diciembre y limita la compra de dólares a 10.000 unidades por persona física y mes.
Fuentes del Gobierno han explicado que buscan “proteger a pequeños y medianos ahorradores a partir de un control cambiario más estricto sobre los grandes actores del mercado”.
"Ante los recientes acontecimientos económico-financieros desencadenados (…) es necesario adoptar medidas transitorias y urgentes para regular con mayor intensidad el régimen de cambios", se lee en el texto del Decreto.
La respuesta de los ciudadanos no se hizo esperar y, todavía con el doloroso proceso del “corralito” en nuestras memorias, cuando los bancos echaron el cierre e impidieron a los depositarios hacer uso de sus ahorros y depósitos, colapsaron las calles a las puertas de las entidades bancarias para rescatar su dinero o parte del mismo por un lado, y para adquirir dólares estadounidenses en la cantidad permitida por el Decreto de Necesidad y Urgencia.
La onza de oro puro, de 999 milésimas, se compra allí a 2.096,69 pesos (1.398,95 euros o 1.531,34 dólares).
Mientras tanto, según la prensa local, muchos habitantes porteños acudían a la bonaerense calle de La Libertad donde se acumulan los negocios relacionados con metales preciosos, sobre todo oro, regentados por comerciantes de origen armenio. Tanto joyerías, como establecimientos especializados en la venta y compra de lingotes y monedas de inversión, no pararon de vender metal hasta la hora de cierre de las tiendas.
Una vez más, el oro se convertía así en el valor refugio de los argentinos quienes primero acudían a los bancos a por dólares para, después, cambiarlos por oro físico, convirtiéndose así en poseedores de dinero de verdad.
Respecto a la tenencia de divisas del Banco Central de la República, al 31 de septiembre del presente año suponen un total de 66.811 millones de dólares, cuando a mediados de marzo dichas reservas sumaban la cantidad de 68.526 millones, según datos del banco nacional.
Hay que recordar que el Banco Central de la República envió en 2017 un total de 11 toneladas de oro de sus reservas a las bóvedas londinenses del Banco de Inglaterra, para negociar con ellas y obtener rentabilidad. Una medida que levantó una encendida polémica en nuestro país.