Durante años se ha prestado poca atención al sector gasifero en los grandes cónclaves de la industria energética, ya que se consideró que era un mercado al que aún le falta desarrollo y carecía de peso internacional.
Actualmente, y a pesar de la notable superioridad de la industria petrolera por sobre los demás mercados energéticos, se están produciendo cambios.
La revolución de los automóviles eléctricos ya es un hecho, y los gobiernos recurren cada vez con más frecuencia a impulsar combustibles más ecológicos y las energías renovables, lo que representa en conjunto una amenaza directa al petróleo.
La Semana Internacional del Petróleo (IP Week, por sus iniciales en inglés), siempre ha atraído a miles de operadores, ejecutivos y autoridades que acuden a los mejores hoteles de Mayfair, el exclusivo barrio de Londres. Éste año, de las tres jornadas que tiene duración el evento, se dedicó por primera vez un día entero a que los analistas y especialistas en gas y energías más limpias puedan exponer sus argumentos, frente a una audiencia acostumbrada sólo a escuchar de petróleo; un hecho que para los expertos es un reflejo de los marcados cambios que afronta la agenda de las compañías energéticas.
Keun-Wook Paik, del Oxford Institute for Energy Studies y asesor del evento, comentó que los organizadores responden a la información de la industria del petróleo en función de un escenario a largo plazo y en función de los desafíos que afronta el sector, como las mencionados anteriormente fuentes de energía alternativas. "En 2013, nunca se pensó en un programa de gas por separado, ni nunca se planteaba; ya que no se supuso que iba a tener tanta importancia", comentó Paik.
Es por ello que las principales compañías del petróleo, como Shell y BP, están dedicando cada vez más inversores a la producción de gas y renovables. Según la consultora Wood McKenzie, las inversores en gas superan en un 25% a las de petróleo. Al tiempo que, algunas de las principales empresas que comercializan con materias primas, como Vitol y Trafigura, están dando impulso a publicitar al gas natural licuado (GNL), lo que contribuirá a que aumenten las operaciones de gas y su relevancia como materia prima global. El mayor cambio, sin embargo, es que las compañías petroleras ya se están planteando seriamente si la demanda de crudo alcanzará su máximo en las próximas décadas, lo que llevará a las compañías a reconfigurar su actual modelo de negocios a largo plazo.
"El discurso ha cambiado mucho en el último año, y las grandes petroleras empiezan a hablar del gas y del futuro de la energía", explicó Marco Alvera, consejero de Snam, empresa italiana especializada en GNL. Alvera cree además que, ahora las empresas energéticas están más dispuestas a hablar en público del mundo más allá del petróleo, lo que hará entender a sus ejecutivos las implicaciones e importancia del gas, y el auge de las energías alternativas.
En reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), reportó que si los gobiernos impulsarán políticas más agresivas, las cuotas de suministros de gas y renovables alcanzarán el 54% en 2040, frente al 36% de 2016.
"El cambio es real y las petroleras ya hablan de otras energías alternativas al crudo. Los ejecutivos saben que tendrán que ofrecer energías de un modo sostenible", opinó Pratima Rangarajan, responsable de la Comisión de la Industria del Petróleo y Gas sobre el Clima, un colectivo que abarca a 10 grandes empresas que luchan contra el cambio climático.
Coincidiendo con el evento, el Energy Institute publicó un documento en el sector advierte de que la industria energética necesita tomar medidas sobre las emisiones de metano durante la producción transporte de crudo, si se quiere mantener una buena reputación.
Paul Stevens, del think tank Chatham House, que durante décadas ha asesorado a productores petroleros, opinó que "la industria del petróleo tiene que entender que no puede mirar para otro lado. Necesita adaptarse al nuevo futuro energético, en el que el gas y las renovables le quitarán la corona al petróleo. Estamos en una gran transición energética, en la que todos los cambios llegarán mucho antes de lo que esperamos".
Fuente: Financial Times.