(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El presidente de EEUU., Donald Trump ha decidido tomar cartas en el asunto, preocupado por el cierre acelerado de las plataformas petroleras en el país, que no pueden seguir operando con los precios en niveles tan bajos, ya que necesitan cotizaciones entre 45 y 50 dólares el barril para que las cuentas salgan.
Sólo en los últimos días han dejado de operar 44 perforaciones de un total de 728, según Baker & Hugues. La producción en EE.UU. puede caer un 10% este año, para Rystad Energy y hasta se pueden perder un millón de empleos (y no hay que olvidar que estamos en un año electoral). “Rusia y Arabia Saudí han enloquecido”, ha dicho el mandatario estadounidense, que se ha comprometido a tratar el tema directamente con Vladimir Putin. “Es malo para ellos, es malo para todos”, agregó.
En las últimas horas el barril de WTI(1), cayó la pasada madrugada por debajo de la cota psicológica de los 20 dólares. El de Brent, que se negocia en Europa, se ha desplomado a niveles que no se veían desde los meses posteriores al 11-S, al rozar los mínimos de las dos décadas apenas por encima de los 22 dólares.
El mercado del petróleo está totalmente roto. Los precios están en caída libre y cerrarán mañana el peor trimestre de su historia, arrastrados por la caída de la demanda a causa del parón del coronavirus y la guerra de precios entre Moscú y Riad(2) para asegurarse el dominio en las cuotas de mercado. Nunca ha habido tanto crudo como ahora disponible y tan pocos clientes dispuestos a comprarlo, incluso con descuento.
No obstante, Arabia Saudí no cede y ha anunciado que tiene la intención de aumentar las exportaciones de petróleo a un récord de 10,6 millones de barriles por día desde mayo, cuando hace pocos meses tan sólo exportaba siete. Además los saudíes, para reventar el mercado, están vendiendo a entre seis y ochos dólares el barril, prácticamente al coste de extracción.