(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó un ataque estadounidense cerca del aeropuerto internacional de Bagdad que mató al comandante de la élite Quds de Irán, Qasim Suleimani, junto con otras figuras de alto rango en las milicias respaldadas por Irán.
En una reciente entrevista de 'Preguntas Críticas' a Jon B. Alterman*, director del Programa de Medio Oriente del Center for Strategic & Internatinal Studies (CSIS), analizó el escenario que se vislumbra para Medio Oriente a partir de la muerte del Gral. Suleimani.
Alterman comentó sobre la importancia de Suleimani dentro de la estructura de Irán diciendo que "dirigió la política de seguridad de Irán en Irak, Líbano, Siria y Yemen, y su muerte es un golpe estratégico para Irán. Suleimani mantenía una red de representantes y gestionaba sus actividades individuales. En muchos sentidos, era un soldado, un espía y un diplomático, todo en uno".

A su vez destacó que "fue ampliamente popular en Irán, en parte porque fue visto como instrumental en la derrota del grupo del Estado Islámico en Irak. Irán responderá, forzándose a estar a la vanguardia de las consideraciones de política exterior de Estados Unidos en los años venideros y atrayendo a Estados Unidos a precisamente el tipo de batallas sombrías que el Pentágono ha estado tratando de escapar durante más de una década. Como consecuencia de esta acción, Estados Unidos crecerá más enredado militarmente en el Medio Oriente a pesar del deseo declarado del presidente Trump de abandonar la región".
El analista también hizo mención a las posibilidades de rivalidad entre los ejércitos de EEUU e Irán, comentando que "la República Islámica ha perfeccionado sus capacidades de guerra asimétrica. Carece de las fuerzas, las armas, el dinero y la tecnología para enfrentarse cara a cara con los Estados Unidos en el campo de batalla convencional, pero ha invertido dinero en fuerzas indirectas, operaciones de inteligencia y actividades negables (incluida la guerra cibernética)".

Alterman estimó que a mediano plazo "Irán seguramente amplificará la actual agitación política en Irak, con el objetivo de expulsar a las fuerzas estadounidenses este año, y es probable que tengan éxito. Irán también ejercerá una mayor presión sobre el Líbano, que está atravesando una crisis política y económica. En los próximos meses, esperaría algunos ataques contra el envío de orígenes poco claros, así como la violencia a baja escala en uno o más estados del Consejo de Cooperación del Golfo que se culparán a Irán. También podemos ver ataques cibernéticos de algún tipo".
Y en tal sentido añadió que "una parte importante de la estrategia iraní será mantener sus acciones a un nivel suficientemente bajo para evitar una escalada hacia la guerra o la culpa a gran escala".
En cuanto a un escenario estratégico a largo plazo, Alterman explicó que "Irán no tiene interés en luchar militarmente contra Estados Unidos. En cambio, librará sus batallas económica y políticamente, tratando de persuadir a las poblaciones objetivo de que los costos de luchar contra Irán exceden los beneficios. Los iraníes lanzarán crecientes tensiones globales como consecuencia de la agresión de Estados Unidos, y buscarán acentuar la desconfianza de los líderes mundiales hacia el unilateralismo de Estados Unidos".

Para Alterman, el gobierno iraní "tendrá apoyo moral en este esfuerzo por parte de Rusia y China, que tienen un gran interés en que Estados Unidos pierda influencia global. Es probable que la India busque un término medio. Los iraníes cuentan con el hecho de que tienen menos que perder que los países occidentales, y menos que temer de su propia población.
*Jon B. Alterman es vicepresidente senior, ocupa el cargo de presidente de Zbigniew Brzezinski en Seguridad Global y Geoestrategia, y es director del Programa de Medio Oriente en CSIS.