(Depetroleo-Gonzalo Díaz). A días de las elecciones de medio término en Estados Unidos, y en medio de especulaciones partidas, conjeturas palaciegas y elucubraciones mediáticas; hay mucho en juego para la industria energética.
No sólo el destino del Congreso de los Estados Unidos está en juego, aunque sea bastante obvio, las plazas de gobernadores, legisladores estatales y una serie de iniciativas de votación que tendrán un gran impacto directo en la industria del petróleo y gas. Los resultados de estas elecciones tendrán un gran impacto.
Los republicanos actualmente controlan 33 puestos de gobernadores, pero eso podría cambiar pronto, ya que la mayoría de las encuestas indican que hay importantes victorias para los demócratas. Por ejemplo, los Estados de Nevada, New Hampshire y Maine están impulsando iniciativas de energía renovable, y son Estados gobernados por gobernadores republicanos.
Luego habrá cuestiones relacionadas con la industria energética que serán decididas por los votantes. Quizás la iniciativa de votación más importante que afectará a la industria del petróleo y el gas se encuentra en Colorado, donde los votantes decidirán sobre cuestiones relacionadas a la perforación de hidrocarburos. La llamada "Iniciativa 97" requerirá que los perforadores se mantengan a un mínimo de 2.500 pies (762 metros) de distancia de las "estructuras ocupadas", como casas y parques, en comparación con los 500 pies (152 metros) actuales. Debido a que tanta perforación en el Estado, que tiene densa población, tendría incidencia en el avance demográfico. La explosión en una casa, construida ya una línea de gas, en 2017 ha suscitado el impulso de legislación y regulaciones más estrictas para la perforación.
Otro Estado que también puede determinar o no, las actuales políticas energéticas de la administración Trump, es el Estado de Nuevo México, que alberga a la Cuenca Permica, que ha visto duplicar su producción estos últimos cuatro años. Por parte del actual gobernador republicano, está fuertemente comprometido a seguir apostando por la industria del petróleo y el gas; y su contrincante político demócrata, impulsa a priori el uso de las energías renovables.
Luego está en debate, en el Estado de Washington, el impuesto al carbón que está provocando incertidumbre entre las compañías petroleras y gasiferas. Las compañías de Texas, habrían pagado cerca de u$s 17 millones en impuestos de esta característica.
Este impuesto, ascendería a u$s 15 por tonelada métrica de carbón al ser uno de los grandes emisiones, a partir de 2020. En tal sentido, este impuesto, impactará directamente en el valor de los combustibles. También se aplicaría a la electricidad generada en el Estado de Washington. Los funcionarios estatales, creen que estas medidas recaudarán unos u$s 2.2 millones en ingresos en los próximos 5 años, que se reinvertirán en transporte público, eficiencia energética y energías renovables.
Por otra parte, las carreras legislativas de varios representantes y senadores, está en juego, especialmente para aquellos alineados a la administración del Presidente Trump. Aunque tendrá un impacto más ambiguo, ya que el actual mandatario norteamericano, podría frenar fácilmente todas las regulaciones que se quieren imponer en el Estado de Washington.
Si los demócratas obtuvieran la mayoría, se podrían iniciar investigaciones sobre las agencias encargadas de la supervisión de las políticas reguladoras a la industria del petróleo y el gas (como la EPA y el Departamento del Interior), y podrían bloquear a los candidatos de Trump a dichas agencias, así como también sus futuros nombramientos judiciales.
La industria del petróleo y el gas tiene en la mirada que el "control de daños" a nivel estatal, precisamente en los Estados mencionados, donde hay una serie de elecciones y de iniciativas de votación que podrían impactar fuertemente en la industria, de forma inmediata y a corto plazo.