El mundo de la energía se reúne este miércoles para ver cómo puede limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero, que se teme se disparen en 2021 con la recuperación económica.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) y la presidencia británica de la Cumbre del Clima COP26, prevista en noviembre en Glasgow, celebran una reunión internacional a distancia bautizada "Cumbre Net Cero".
Abordarán sobre todo cómo el sector energético, principal emisor de CO2, puede contribuir a "transformar en realidad las ambiciones de neutralidad de carbono", que muchos países se proponen alcanzar para mediados de siglo.
Se espera que participen los altos cargos de energía y/o del clima de unos cuarenta países: como el enviado estadounidense John Kerry, el chino Xie Zhenhua, el vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans o el ministro de Energía indio Raj Kumar Singh.
Habrá grandes Estados emergentes representados, como Brasil, Indonesia o Sudáfrica... pero también lo estarán otros como Australia, Italia, Japón, Francia o Alemania, y varias oenegés, instituciones internacionales y empresas.
Después del freno provocado por la pandemia de covid-19 -causante de una desaceleración sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial- las emisiones vinculadas a la energía han vuelto a subir y las cifras en diciembre de 2020 ya superaron las de 2019.
Se avecina una recuperación económica no tan "verde", alertó la ONU en marzo, pese a las promesas de muchos gobiernos.
"Si los Estados no ponen en marcha medidas en favor de las energías limpias cuanto antes, no me sorprendería ver un repunte muy fuerte en 2021: entonces habríamos perdido la oportunidad histórica de convertir 2019 en el año del pico de las emisiones", advirtió este lunes el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
"El leitmotiv es la cooperación y la coordinación internacionales, sobre todo en tecnologías limpias: está bien que los países tengan compromisos nacionales, pero esto no bastará para alcanzar los objetivos climáticos globales", estima.
El economista turco considera necesaria una "transición profunda en todos los sectores con fuerte demanda energética" e "identificar medios de acción a corto plazo". "Lo que ocurrirá en los próximos diez años será crítico", afirma.
Como en el transporte, un sector muy emisor junto con la industria y producción de electricidad, que experimenta un boom de coches eléctricos y sobre todo de los SUV (respectivamente 4% y 42% de las ventas en 2020).
"Por eso tenemos dos deberes y hablaremos de ello el miércoles", dice Fatih Birol: "encontrar incentivos a favor de los medios de transporte limpios, pero también frenos financieros para los más contaminantes".
Decenas de países, que representan el 70% de las emisiones globales, se han comprometido a lograr la neutralidad de carbono para 2050 (2060 para China), para mantener al mundo por debajo de un umbral ya peligroso de por sí a +2° C de calentamiento en comparación con la era preindustrial.
De aquí a la 26ª Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26), los Estados también deben presentar sus planes nacionales de reducción de emisiones mejorados, generalmente para 2030, como prevé el acuerdo de París.
A día de hoy, unos 80 países, entre ellos los miembros de la UE y el Reino Unido, lo han hecho.
Estados Unidos, que regresó al acuerdo sobre el clima en enero tras la elección del presidente Joe Biden, debe presentar los suyos antes del 22 de abril, fecha de una cumbre organizada por Washington con motivo del Día de la Tierra.
Aún así solo el 20% de los planes de recuperación post-covid elaborados en todo el mundo son favorables para el medio ambiente, advierte la ONU.
El consumo de carbón vuelve a subir, impulsado por Asia, tras caer 4% el año pasado. El carbón sigue siendo actualmente la principal fuente mundial de CO2.
En cuanto al petróleo, la demanda podría batir nuevos récords en los próximos años.