Por Víctor Amigorena
Se aceleran los tiempos para equilibrar la industria
El ámbito petrolero tuvo la semana que pasó mucha información que dejó sentado no solo lo que será el contexto en lo inmediato en el ámbito local, sino cómo se prepararan las operadoras para lo que serán los próximos años en el sector debido a los movimientos en el ámbito internacional.
Daniel Kokogian, un experto en la industria petrolera, brindó un dato en las jornadas organizadas por el IAPG que no deja de ser llamativo y que hasta pareciera ir en principio en contra de toda lógica: “Hoy un acontecimiento de trascendencia como una guerra no sería desencadenante para que el precio del barril de crudo tenga una suba”.
Quienes recuerden las crisis que ha atravesado el sector, traerán el ejemplo de lo ocurrido en el año 1998, cuando Comodoro sufrió la situación de manera muy extrema y en tan solo una semana 1.500 trabajadores quedaron en la calle, en una industria que por ese entonces tenía alrededor de 5.000 puestos laborales.
Carlos Gómez –que por ese entonces ya oficiaba de vocero del gremio que conducía Francisco Reynoso- expresaba que una de las salidas a la crisis era “que se desate un conflicto armado en Medio Oriente”. Algo que finalmente ocurrió y el precio del crudo subió.
Hoy la situación es distinta explicó Kokogian, y es muy poco factible que esto vuelva a suceder. La presencia de EEUU como líder productor cambió el escenario, ya no necesita del resto de los países para abastecerse y prácticamente boicotea los intentos de la OPEP de lograr una suba del precio.
La OPEP había definido reducir la producción de barriles en un millón por día por este año, pero EEUU puso en el mercado la misma cantidad en muy poco tiempo. De todas maneras los países productores que forman parte de esta entidad tienen una oferta de producción que imposibilita restricciones por mucho tiempo. Por lo tanto la ecuación es simple: mucha oferta, poca demanda, el precio baja.
Los analistas del sector indican que bajo este contexto en los próximos años el precio del barril oscilará en la franja que va de los 40 a 60 dólares, incluso se menciona que hasta existe la posibilidad de que dentro de unos seis años llegue a los 70 dólares y se estabilice, o por el contrario: que se hunda en los 30 dólares. Así de extrema la situación.
Las operadoras se adecúan
En el ámbito nacional las operadoras tienen muy en claro este contexto, como es lógico, y están adecuando sus planes para manejarse en un promedio de 50 dólares el barril.
Para ello ponen un marcha un plan de restructuración de costos, que pasan principalmente en la reducción en los servicios y en el pago de impuestos. Para lo primero están solicitando a las empresas acotar al máximo los números y buscan evitar servicios que no sean de extrema necesidad, incluso tratando de anular movimientos que no alteren el trabajo diario, como maniobras innecesarias. En lo relacionado con impuestos comenzaron los diálogos con Nación y las provincias para lograr otro esquema, que incluye en algunos casos nuevos porcentajes de regalías pofr un tiempo determinado.
Un claro ejemplo de lo segundo es Santa Cruz. La propuesta -en este caso de YPF- es que con los nuevos pozos que se pongan en marcha los porcentajes de regalías sean menores a los actuales. Una primera mirada podría decir que se busca pagar menos, pero en realidad lo que sucede es que en la actualidad no hay nuevos pozos, por lo tanto entre recibir nada y recibir otro porcentaje distinto por nuevos pozos a la provincia le conviene el nuevo esquema.
Falta una tercera pata en este plan: los puestos laborales. En el último año se oficializaron unas 2.500 desvinculaciones en la provincia del Chubut, y sumando Santa Cruz se puede aventurar que como mínimo hay unos 3.500 puestos menos en la cuenca. Aunque sea duro y hasta parezca contrario a lo que sucede, tanto operadoras, empresas de servicios y sindicatos están trabajando para que el impacto sea menor a lo que indica el momento.
Las propuestas de reducción horaria y un esquema de 14+7+7 (catorce días de trabajo, siete de franco y siete de suspensión) buscan evitar mayor cantidad de despidos, por lo tanto es una de las alternativas que se ha comenzado a aplicar en algunas operadoras y que se busca que se ponga en marcha en otras.
La coyuntura
En el contexto mencionado los sindicatos petroleros –Petroleros Privados de Chubut y Jerárquicos, conducidos por Jorge Avila y José Llugdar respectivamente- hacen esfuerzos para evitar despidos, una tarea que parece casi titánica.
Llugdar había adelantado esta situación sobre fines del 2015, cuando dijo que “por más que duela acá va a haber despidos”, conociendo el panorama y adecuando su gremio a las nuevas circunstancias buscando el menor impacto posible.
Hoy la discusión está centrada en dos firmas: por un lado Tecpetrol y por otro San Antonio Internacional. En ambos casos se hablan de desvinculaciones que podrían rondar en las 400 personas.
Las negociaciones hasta el momento han fracasado, tanto en Buenos Aires como en Comodoro Rivadavia y mañana miércoles habrá un nuevo encuentro buscando acercar posiciones, algo que se vislumbra como muy difícil debido a que ambas compañías mantienen su posición de desvinculaciones.
El 2018 no tendrá subsidios
Lo que viene no será para nada agradable. El Gobierno Nacional ya adelantó que en enero regirá el precio internacional de crudo, no correrán más los subsidios y todos deberán adecuarse a este panorama. No es sorpresivo, desde que asumió Aranguren esta es uno de los anuncios que se hicieron en los planes que tiene el Ministerio de Energía de la Nación. De ahí el apuro de las operadoras de poder poner en marcha y concretar sus estrategias en lo que resta del año. El objetivo es comenzar un 2018 equilibrado.