(AFP) -Con la caída vertiginosa de los precios del petróleo, las empresas del sector han comenzando a reducir sus gastos y, en particular, sus ambiciones en la perforación de campos de crudo y gas.
La inversión mundial en exploración y producción normalmente habría alcanzado los 517.000 millones de dólares este año, según las previsiones del instituto IFPEN publicadas a principios de febrero.
Pero la caída dramática de los precios ha cambiado la situación y ha hecho que estas perspectivas sean obsoletas.
Con la crisis del coronavirus y la desaceleración de la actividad global, la Agencia Internacional de Energía (AIE) ahora espera una contracción en la demanda de petróleo este año, la primera desde 2009.
Por su parte, los países productores no han acordado limitar su producción y Arabia Saudita, líder de la OPEP, ha lanzado una guerra de precios contra Rusia.
En este contexto, los precios están en caída libre y actualmente se mueven muy por debajo de los 30 dólares por barril.
"Las empresas del sector analizarán lo que pueden hacer para reducir gastos, centrar sus actividades en los campos con los costos más bajos, reducir las inversiones y pensar seriamente en el dividendo que pueden permitirse pagar", dijo David Elmes, profesor de la Warwick Business School.
Para las grandes petroleras, la perspectiva de un precio de 30 dólares o menos por un tiempo determinado representa un desafío extremo", subrayó por su parte Biraj Borkhataria, analista de RBC Capital Markets.
Si este régimen dura más de seis meses, Borkhataria espera que los gigantes del petróleo reduzcan sus generosos dividendos, que se utilizan para retener a los inversores en un momento en que el futuro del sector plantea cada vez más preguntas ante la urgencia climática.
Mientras tanto, las empresas ya han reaccionado a una caída aún más extrema de los precios que en 2014-2015.
El gigante saudita Saudi Aramco anunció el domingo que limitaría las inversiones a entre 25.000 y 30.000 millones de dólares en 2020, "dadas las condiciones actuales del mercado".
La cantidad aún puede parecer importante pero es inferior a los 32.800 millones de dólares invertidos el año pasado.
"Debido a este entorno sin precedentes, estamos evaluando todas las medidas necesarias para reducir significativamente los gastos operativos y de capital en el corto plazo", dijo Darren Woods, CEO de American ExxonMobil.
El director financiero británico de BP, Brian Gilvary, dijo a su vez que podría reducir el gasto hasta en un 20% este año.
Pero si las declaraciones de los gigantes del petróleo y el gas son examinadas de cerca, otras compañías menos conocidas y menos sólidas revisan sus ambiciones a la baja.
"Las empresas medianas independientes se verán fuertemente afectadas", predijo Moez Ajmi, de la consultora EY. "Se postergarán proyectos y se analizará la reestructuración de deudas", dijo.
La compañía estadounidense Kosmos Energy, que centra su actividad en el Atlántico estadounidense y africano, por ejemplo, anunció esta semana una reducción en sus gastos para 2020 (inversiones y gastos operativos) pero también la suspensión de la distribución de dividendos.
Pioneer Natural Resources, concentrada en la cuenca del sur de Estados Unidos, advirtió que reduciría drásticamente su perforación. Este tipo de empresa especializada en crudo de esquisto bituminoso, ya muy endeudadas, tendrá dificultades para seguir siendo rentable, advierten especialistas.
Los ecologistas están encantados de ver proyectos de desarrollo de hidrocarburos desplazados de esta forma.
"Consideramos que esto es una buena noticia, ya que ante la emergencia climática estos proyectos no deberían ver la luz", dijo Cécile Marchand, de Amigos de la Tierra.
Pero estos cambios pueden no ser "duraderos" en ausencia de cambios políticos y económicos sustantivos, comentó.
La situación implica varios riesgos, como "una concentración del mercado en manos de las empresas más grandes, que son más resistentes que los actores pequeños", señaló.