Como parte de la contundente recuperación económica de Estados Unidos, donde destaca el impulso propiciado por el sector energético industrial. Los planes de ampliar su protagonismo global en los sectores de gas y petróleo, la administración Trump destaca el "boom" del shale, y la recuperación de niveles sobresalientes de exportación de gas y petróleo, por encima de Rusia en los próximos 5 años.
Según lo pactado por Donald Trump y Xi Jinping en Abril de este año, China comenzará a comprar GNL a gran escala a partir del 1 de Julio, con operaciones estimadas en 50.000 millones de dólares en 2020. Lo que implicará una reducción del 15% en el déficit comercial de EEUU con respecto a la República Popular China.
Al tiempo que se construyen cuatro nuevos ductos a México (dos están operativos en 2018), con un estimado del 5% de la producción total de EEUU. Cabe mencionar en tal sentido, México está transformando la totalidad de su parque energético eléctrico para pasar del fuel oil al shale en cinco años.
Las exportaciones de GNL a China, podrían alcanzar los 6.000 millones de metros cúbicos diarios en 2020, en vez de los actuales 1.5 millones metros cúbicos diarios.
Lo relevante de esta operación a gran escala, es el cambio en la matriz energética que impulsa el gigante asiático, que satisface sus demandas internas energéticas en un 60% con carbón natural. Hecho que lo convierte como un país altamente polucionado y al mismo tiempo, como el máximo emisor de dióxido de carbono. Para ello encontró en la actual administración Trump, una fuerte voluntad política y oportunidades de negocios acordes a sus demandas.