Luego de la intimación que formuló Provincia para que la petrolera estatal fijara una definición sobre el futuro laboral de los despedidos de San Antonio Internacional, continuaron las negociaciones con la intención de llegar a un acuerdo global con la empresa para lograr una suba de equipos. Por ahora no hay novedades.
Santa Cruz presenta uno de los escenarios más complejos a nivel producción de petróleo. Por un lado YPF, principal operadora en la provincia, acotó su operatoria en los yacimientos, mientras que algo similar ocurre con Sinopec, aunque más por factores gremiales de sus subcontratistas.
La Cuenca del Golfo San Jorge, que implica para la petrolera estatal el 23% de su producción (llegó a ser el 28%) actual de crudo y está integrada por yacimientos maduros, hoy dejó de ser atractiva para la operadora, que apuesta todo su esfuerzo al petróleo no convencional.
Pero desde la nueva gestión de YPF también apuntan a cuestiones que van más allá de lo económico.
“Hay una batalla política que no deja ver la realidad técnica y económica, que hace que esa provincia se haya tornado un lugar inviable en términos de producción”, afirmó Emilio Apud, director de YPF y referente indiscutido de esta actividad, días atrás.
En la visión del ejecutivo, lo que ocurre en Santa Cruz es el resultado de haber persistido en un modelo de extracción deficitario.
“Lo único que persigue ese modelo es darle perpetuidad a los beneficios obtenidos en tiempos de otra dirección gubernamental”, aseguró, dejando en claro sus diferencias no sólo económicas, sino políticas con el kirchnerismo.
Según los relevamientos del Observatorio de Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), Santa Cruz se ubica hoy detrás de Chubut y Neuquén en el ranking de producción petrolera.
Además, perdió el segundo lugar entre los productores nacionales por reiterados inconvenientes operativos, que datan al menos de 2012.
Pero OETEC va más lejos: Santa Cruz es la única provincia que registra caídas sucesivas en sus estadísticas hidrocarburíferas desde que YPF fuera estatizada: 2013, -1,1%; 2014, -3,1%; 2015, -2,2%, y 2016, -5,1%. Estos descensos, indicaron distintos analistas, responden a dos factores: el tipo de petróleo, que es pesado y apenas puede ser procesado en la Argentina, por lo que debe ser colocado en el exterior. Esta clase de crudo es conocida en el mercado como “Escalante”.
El otro factor es la sobreproducción global, donde la mayor oferta de crudo de mejor calidad -conocido como “Medanito”- le restó aún más protagonismo.
La menor demanda, combinada con los costos en alza, fue empujando a la salida a varias empresas.
En ese marco, desde YPF pretenden firmar acuerdos similares a los de Neuquén y Chubut con Santa Cruz, algo a lo que se niegan los sindicatos, aunque sí se mostraron predispuestos a avanzar en pactos de “productividad” como los alcanzados en la Cuenca Austral con Roch y CGC.
Es en ese camino avanzan las negociaciones de las que forman parte activa las autoridades provinciales, de la mano del vicegobernador Pablo González y el presidente del Instituto de Energía, Jaime Alvarez.
“Las negociaciones están avanzadas, pero aún falta”, indicaron a La Opinión Austral fuentes cercanas al Gobierno.
Por ahora, los trabajadores necesitarán un poco más de paciencia, fundamentalmente los que tienen sobre sí la espada de Damocles que significa continuar con el telegrama de despido en la mesa de la cocina.(LOA)