El Ministerio de Energía de la Nación comunicará entre hoy y mañana los aumentos en la luz, según fuentes oficiales. Los nuevos precios, que regirán desde el 1º de febrero y, previsiblemente, impactarán en los costos empresarios, los pagarán los consumidores finales en su factura hogareña y también por el traslado a precios que prometen las compañías.
Las distribuidoras de energía eléctrica solicitaron en la audiencia pública realizada en octubre pasado que les avalen incrementos del 30% en promedio, con grandes diferencias entre cada extremo. Edenor pidió subas del 31% para comercios chicos, 53% para establecimientos medianos y 109% para los grandes. Edesur, en tanto, propuso aumentos de entre 18% y 53%, según el tipo de clientes.
La industria, al límite
Uno de los sectores que más sufrirá, para los especialistas, será el textil. Jorge Sorabilla, presidente de la Fundación ProTejer, consideró: “No está claro cuál va a ser el aumento real. El año pasado tuvimos subas del 90%, con lo que se volvió estéril cualquier esfuerzo por ganar productividad”.
El empresario calculó que la energía eléctrica representa el 10% del total del precio de venta de un artículo textil y piensa que hay una situación de “sábana corta”. “Es entendible que el costo de la energía deba reflejar su valor real, pero esto impulsa la inflación y hace menos competitiva la producción nacional. Este incremento es una señal más y muy importante que va en sentido contrario de la reactivación”, añadió.
El dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), y titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Daniel Funes de Rioja, instó a prestar “atención” a las pymes energo-intensivas y evaluó que “los aumentos son trasladables a los precios de los productos industriales, pero el mercado no es homogéneo en todos los sectores. La recesión y la recuperación no son iguales para todos, por lo que la industria será muy prudente para no perder participación en el mercado”. De todas formas Funes de Rioja aseguró que “hay un déficit estructural energético que se debe resolver”.
Gabriel Caamaño, economista jefe de la consultora Ledesma, señaló: “El sector textil suele depender mucho de la electricidad y, en base a los aumentos que tenga que afrontar, se puede ver perjudicado. Por lo contrario, las empresas siderúrgicas no tienen tantos costos por la luz, sino por el gas”. “Va a haber un traslado a precios, que se podría demorar teniendo en cuenta la actualidad de cada sector. Si anda mal, puede tardar un poco, pero no hay margen para absorber costos”, dijo Caamaño. También estimó que, en el sector residencial, los más golpeados serán los hogares con menos recursos, porque “suelen ubicarse en zonas sin red de gas y usan garrafas o calefones eléctricos”.
Un insumo caro
Su colega Ramiro Castiñeira, de Econométrica, ve que podrían sufrir las actividades vinculadas al comercio. Igualmente, para él, solamente unas pocas compañías se verán realmente afectadas. “Las que sobreviven por la energía subsidiada están complicadas”, agregó. Asimismo, el economista recordó que, pese al eventual traslado a precios de las tarifas que las empresas efectuarán sobre sus clientes, “la inflación ocurre por la monetización del déficit fiscal”.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) oficializó que la autogeneración de energía eléctrica en diciembre creció un 8% interanual y la cogeneración un 19,6%. El organismo que conduce Jorge Todesca define como autogenerador a quien “produce energía eléctrica para atender, primariamente, sus propias necesidades” y en el caso del cogenerador “la producción energética se desarrolla conjuntamente con la actividad productiva principal y puede ser destinada al consumo propio o de terceros”.
La lupa política
La cifra final del aumento que regirá desde la semana que viene no está definida, ya que el ENRE, el ente que regula al sector eléctrico, debe dar su opinión definitiva con respecto a los pedidos de cada uno de los actores.
Y también talla en la cuestión el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dado que Gustavo Lopetegui, uno de los coordinadores de esa cartera, suele revisar con puntillosidad los números finales. La medida afectará fuertemente a la producción en el interior del país, y en ese marco avanzan sondeos oficiales sobre que sectores productivos correrían riesgos definitivos con el incremento.
Las claves del aumento
. 36% Aumento anunciado – En diciembre pasado, el Gobierno presentó su propuesta de aumento, que estimaba una suba del 36% en promedio para la mayoría de los hogares. Esa cifra podría variar por la intervención del ENRE y de la Casa Rosada.
. 50%Subsidios a la electricidad – La intención del Gobierno es que a fin de año la demanda local de electricidad pague al menos la mitad de lo que cuesta producir la energía. Hoy sólo abona el 30%; el resto son subsidios.
. 0,2% Inflación de febrero – Son los puntos que le aportará el incremento de la tarifa de luz a la inflación del segundo mes del año, según estimaciones de los economistas.
. 3,3% La inflación del semestre – Algunas consultoras sostienen que los servicios regulados por el Estado le aportarán 3,3% al encarecimiento de precios al consumidor en el primer semestre. A la luz se le sumarán las prepagas y el gas, que subirá a partir del 1° de abril próximo.
. Déficit fiscal – Si bien se redujo la partida para subsidios, las transferencias del Estado para subvencionar la energía siguen siendo uno de los grandes motores del déficit fiscal.
. El gas, en abril – Tras los aumentos de luz, en abril se aplicarán subas en las tarifas de gas. Metrogas, la concesionaria del servicio de distribución de gas en la Capital Federal y parte del Gran Buenos Aires, pidió un incremento promedio del 27% sobre la tarifas de los hogares porteños, y del 14% para las industrias conectadas a su red. Eso no incluye el gas mayorista.
En Chubut cayó un 10% el consumo eléctrico
Aunque el último diciembre fue medio grado más caluroso que el mismo mes del año pasado, el consumo de electricidad bajó un 1,3% en relación a ese período de 2015. La mayor caída estuvo por el lado de los industriales, cuyo consumo retrocedió un 4,4%. Pero lo llamativo es que, con más temperatura, los usuarios residenciales también disminuyeron un 1,2% su demanda. El dato -relevado por la fundación Fundelec- provocó satisfacción en el ministerio de Energía. Lo atribuyen al efecto de la campaña publicitaria para un consumo más medido de electricidad (como poner el aire acondicionado a 24 grados). Pero también saben que los hogares están cuidando su billetera, ya que el servicio de luz aumentó un 380% durante 2016 en el promedio de los hogares bonaerenses. Aún así, sigue teniendo un 70% de subsidios del Estado nacional sobre su costo real.
Los clientes de Edesur -que son los que más cortes sufrieron en los últimos años- fueron los más cuidadosos, según el trabajo de la fundación especializada. El requerimiento de esa distribuidora al mercado eléctrico mayorista descendió un 6% con respecto a 2015. En cambio, los hogares servidos por Edenor bajaron su demanda en un 1%. También suelen tener menor cantidad de cortes. El promedio de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano marca una disminución del 3,3% con respecto a 2015.
Misiones mostró un alza de consumo eléctrico del 41%, seguido por el sur de la provincia de Buenos Aires (7%), Chaco (7%) y La Pampa (6%).
En cambio, hubo descensos en la Patagonia (Chubut y Santa Cruz), con un 10,6% menos de demanda. Lo mismo pasó en el Litoral (Entre Ríos y Santa Fe), con un 3,3% de caída. Aunque en el Gobierno cuentan con indicadores que indican alguna recuperación de la actividad económica, el menor consumo de luz en las industrias evidenciaría recesión en ese sector productivo.
Fuentes: Enernews, Ministerio de Energía de la Nación, Cronista, Fundelec