Los mercados globales del petróleo durante 2020 perdieron cerca de un quinto de su valor debido a que los estrictos confinamientos por el coronavirus paralizaron gran parte de la economía mundial, y tras los primeros meses de recuperación en 2021, con el barril por sobre los US$ 60, la industria aguarda la regularizacion de la oferta una vez superada la pandemia.
Los precios del petróleo en 2020, en el marco de la pandemia, sufrieron por motivos que van desde una guerra entre grandes productores, conflictos diplomáticos y un exceso de oferta no controlada por el cartel de la OPEP y los países exportadores extra OPEP.
En ese contexto, los precios del crudo tocaron mínimos en abril, cuando la demanda de combustible se desplomó debido a la pandemia de coronavirus y después de una guerra de precios entre los gigantes petroleros Arabia Saudita y Rusia.
El colapso llegó el 20 de abril de 2020 cuando el crudo de la variedad WTI cerró con precios negativos en Nueva York, por primera vez en su historia, en los contratos para entrega en mayo, como consecuencia de la abultada extracción y la falta de depósitos de almacenamiento tanto en las plantas productoras, en los ductos y en las destilerías, como en las bodegas de los supertanques y la caída de la demanda por el Covid-19.
Ese "lunes negro", el barril del crudo WTI que se comercializa en los Estados Unidos, para los contratos de futuros con entrega en mayo, concluyó con un precio de -30,80 dólares lo que equivale a una baja de 49 dólares, equivalente al 268,64% respecto del cierre del viernes anterior.
¿Por qué ese lunes? Porque los contratos futuros del WTI de mayo, con entrega física, vencían al día siguiente. Todos los inversores que no querían entrega física necesitaban vender el contrato de mayo antes de su vencimiento. Además, no había compradores físicos para ese contrato ya que las capacidades de almacenamiento en Estados Unidos estaban colmadas.
Pero ¿Qué había precipitado los precios? Un concierto de factores que se combinaron en el peor momento, cuando el coronavirus arreciaba en todo el planeta. Entre ellos, el mencionado confinamiento que provocó una disminución de la demanda física de crudo, creando un exceso de oferta mundial a medida que miles de millones de personas se quedaban en casa para evitar las infecciones.
Las refinerías procesaban menos crudo de lo normal, por lo que cientos de millones de barriles han ingresado a las instalaciones de almacenamiento en todo el mundo.
Los operadores contrataban buques para llenarlos con el exceso de petróleo, alcanzando un récord de 160 millones de barriles en los supertanques.
A partir de ahí, los precios subieron como consecuencia de una tregua y de recortes en la producción y exportación, ayudados por los largos confinamientos derivados de la pandemia.
Aunque los precios del petróleo han subido en los últimos 2 meses del 2020 y con todo, el petróleo WTI perdió 25% el año pasado.
Los confinamientos adicionales han pesado nuevamente sobre la demanda de combustible y nuevas variantes altamente infecciosas del virus han generado alarmas.
La menor cantidad de vehículos en las calles, la escasa presencia de aviones en los cielos, la reducción de los fletes marítimos, y por el otro, las economías de por sí ralentizadas por la pandemia ya no necesitan las cantidades de petróleo proyectadas antes de la crisis.
Ahora, el crudo fluctúa entre 60 y 64 dólares en un marco de incertidumbre debido a que las vacunas no alcanzan para inmunizar a toda la población y la demanda no termina de dibujar un perfil definido.
Los recortes en la producción dispuestos por Moscú y Ryad no pueden prolongarse en el tiempo.
Los precios no son malos pero habrá que ver si la demanda logra sostenerlos aun cuando se regularice la oferta, una vez superada la pandemia.(Télam)