(Depetroleo-Gonzalo Díaz). La novedad se hizo publica a finales de abril: el gobierno argentino falló en lograr la masa crítica para avanzar con una línea ferroviaria necesaria para trasladar petróleo y gas de Vaca Muerta a los puertos de Buenos Aires. Las empresas extranjeras con contratos para desarrollar petróleo y gas titubearon ante la oportunidad de poner sus inversiones detrás de la infraestructura necesaria para poder llevar el producto al mercado. No pudieron comprometerse con volúmenes mínimos de carga en el futuro, socavando los planes para recaudar capital y nublando aún más el futuro financiero del plan energético del presidente Mauricio Macri.
Sólo ocho de las muchas compañías petroleras y de gas que operan en la provincia de Neuquén, hogar de la mayor parte de Vaca Muerta, hicieron algún compromiso de carga futura. Algunos gigantes mundiales del petróleo y el gas, como ExxonMobil, Tecpetrol y Wintershall, no hicieron compromiso alguno de carga en el futuro. El mediocre apoyo financiero para el tren es otra señal de que los socios extranjeros han encontrado que el costo de la estructura del desarrollo en Argentina es demasiado pronunciada dadas las condiciones actuales del mercado.
La actual infraestructura argentina, incluidos los ferrocarriles, las carreteras y los oleoductos, es insuficiente para respaldar el ambicioso plan energético del gobierno. El desarrollo de la infraestructura es primordial en Argentina y necesita abordar “la conectividad ferroviaria o vial limitada o inexistente.” La escasez de carreteras, oleoductos y ferrocarriles adecuados amenaza con crear cuellos de botella que mantendrían petróleo y gas fuera de los mercados. Numerosas empresas extranjeras de petróleo y gas han citado las posibles limitaciones de capacidad como razones de su postura cautelosa de inversión.
El gobierno ya había retrasado el proceso de compromiso de carga numerosas veces durante todo el año. Expresó su esperanza de asegurar compromisos de diez años de carga de las empresas petroleras y de gas que proporcionarían capital o apoyo financiero implícito para el ferrocarril Norpatagónico, comúnmente conocido como el tren Vaca Muerta. El gobierno necesitó compromisos para al menos 4 millones de toneladas de volumen de carga durante diez años para que el proyecto fuera económicamente viable. Recibió sólo 3,3 millones toneladas en compromisos.
El gobierno inicialmente esperaba utilizar el amplio marco de su polifacética asociación pública privada (PPP) para construir el ferrocarril. Pero el programa PPP se detuvo en los últimos seis meses debido al aumento del riesgo en los países y a un mayor costo de financiar proyectos a la luz de los crecientes tipos de interés en Argentina. En diciembre de 2018, la administración de Macri suspendió oficialmente u$s 21 mil millones de inversiones en proyectos planificados a través de PPPs entre 2019 y 2023, anunciando que las PPPs futuras se reanudarían sólo cuando los rendimientos de bonos argentinos fueran “normalizados”, según el Ministerio de transportes. Cuarenta proyectos de infraestructura se pusieron en pausa el pasado diciembre.
El costo de construir el ferrocarril se estima en u$s 780 millones. Unos u$s 500 millones adicional será necesario para enrutar el tren alrededor de las ciudades, en lugar de a través de ellas. Los líderes locales están preocupados de que el ferrocarril pueda dividir sus ciudades.
Otra señal de debilidad es que la mitad del compromiso total provenía de YPF, que era la única empresa dispuesta a hacer un compromiso sustancial. Sólo siete compañías extranjeras hicieron compromisos de carga, e incluso éstas eran pequeñas. Pan American Energy (PAE), una filial de British Petroleum, contribuyó con u$s 300.000. Shell, Plupetrol, Vista, Chevon, Total y Pampa Energía comprometieron unos u$s 150.000 o menos, cada una.
La ausencia de Tecpetrol de la licitación fue notable. La compañía actualmente está demandando al gobierno nacional para un cambio retroactivo en su política de subsidios de gas natural 2018, que fue anunciada a principios de 2019. La compañía, parte del conglomerado extranjero mayor Techint, ha invertido u$s 1,8 mil millones en Vaca Muerta, y produce más del 10% del gas natural del país.
Por lo tanto, debemos señalar que la estructura financiera general para impulsar el pleno desarrollo de Vaca Muerta requiere demasiada inversión por parte de Argentina en un momento en que sus recursos economicos están severamente limitados. Las empresas de base extranjera no están dispuestas a aceptar los riesgos involucrados dadas las perspectivas económicas actuales. Pero nuestro pais necesita urgentemente esos recursos para alcanzar sus objetivos a largo plazo. La pregunta es, ¿se puede calcular la inversión necesaria para llegar a largo plazo o el plan energético simplemente se destinará a un rendimiento contable insuficiente?