(Depetroleo-Gonzalo Díaz). La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que su institución anticipa una "desaceleración sincronizada" del crecimiento económico mundial en los próximos años, pero agregó que no es probable que se produzca una recesión a corto plazo.
Dirigiéndose a la 13° Cumbre Anual de Mercados de Capital, celebrada recientemente en la sede de la Cámara de Comercio de EEUU, Lagarde dijo que desde que el FMI redujera en enero su pronóstico de crecimiento global hasta un 3,5% para 2019 y 2020, la economía mundial "ha perdido aún más impulso".
Las palabras de la directora del FMI fueron consideradas como un indicio de que el FMI recortará aún más sus proyecciones en su informe sobre las Perspectivas de la Economía Mundial que se publicará el 9 de abril.
Lagarde dijo que el FMI espera que el 70% de la economía mundial experimente una desaceleración del crecimiento en 2019, mientras que hace dos años el 75% de la economía mundial experimentó una "aceleración sincronizada del crecimiento".
"Para ser claros, no vemos una recesión a corto plazo", agregó. "De hecho, esperamos un repunte en el crecimiento en la segunda mitad de 2019 y en 2020".
Durante una mesa redonda tras su discurso, Lagarde explicó además que la "desaceleración sincronizada y la ralentización del ímpetu" pronosticadas por el FMI ocurrirán "en todo el espectro", afectando economías avanzadas, economías de mercados emergentes y países de bajos ingresos.
El esperado repunte en el crecimiento mundial a finales de este año y hasta principios de 2020, dijo Lagarde, es "precario" porque es vulnerable al riesgo de pérdidas asociado con las "incertidumbres relacionadas con determinados países".
Esas incertidumbres, según Lagarde, incluyen la programada salida de Reino Unido de la Unión Europea e incertidumbres más amplias, como la alta deuda en algunos sectores y algunos países, las tensiones en torno a la política comercial, así como una sensación de malestar en los mercados financieros.
"De hecho, es un momento delicado en sí mismo", dijo Lagarde, añadiendo que "requiere una delicada combinación de políticas. En otras palabras, debe gestionarse con cuidado".