Los petroleros fueguinos ratificaron que este miércoles paralizarán los yacimientos, pero que “no tocarán” las válvulas del gasoducto. Esto ocurre luego de que el fiscal federal iniciara una denuncia por “instigación al delito”.
Los dos principales sindicatos petroleros de Tierra del Fuego ratificaron que el miércoles paralizarán las tareas que realizan en las plantas que inyectan gas al Gasoducto San Martín, lo que podría traducirse en una baja de presión del envío de fluido desde la isla al resto del país.
Las autoridades gremiales anunciaron que de esta forma se adherirán a la jornada de protesta y movilización organizada por entidades sindicales, sociales y políticas de la ciudad de Río Grande, para oponerse a la suba indiscriminada de la tarifa del gas en la provincia.
El secretario de prensa del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Tierra del Fuego, René Vergara, explicó ayer que unos 1.500 trabajadores nucleados en el sector “dejarán sus puestos laborales durante el tiempo de duración de la protesta, en una medida de solidaridad con el conjunto de la población fueguina”.
El dirigente negó que vayan a cerrar alguna válvula o a cometer algún tipo de sabotaje, como se había entendido inicialmente, lo que dio lugar a una denuncia por presunta “instigación a cometer delitos” presentada por el fiscal federal de Río Grande, Marcelo Rapoport.
No obstante, Vergara precisó que el accionar gremial afectará el funcionamiento de las plantas de las empresas Ysur y Total Austral, y dejó en manos de las compañías “las dificultades que acarreará esta decisión”. Según mencionó, las consecuencias podrían ser “una disminución de la presión de gas (que se inyecta al Gasoducto San Martín) pero no un corte total del suministro”.