(Depetroleo-Gonzalo Díaz). Uno de los hechos que se desprenden de la actual gestión del presidente Donald Trump, es la ruptura de los esquemas marcados por sus predecesores, y en tal sentido, uno de ellos es que está reorientando los flujos globales de crudo.
La base común de estos cambios en los flujos es la política exterior de Trump. La caída de las compras de petróleo estadounidense que realizaba China y sus adquisiciones adicionales de otros mercados han coincidido con la guerra comercial entre Washington y Pekín. Del mismo modo, las nuevas sanciones impuestas a Irán, que comienzan el 4 de noviembre, han aumentado la necesidad del tipo de crudo pesado y ácido que vende la República Islámica.
"Si se combina el impacto de las sanciones estadounidenses contra Irán y la guerra comercial entre Estados Unidos y China, se están rediseñado los flujos del petróleo como resultado de la política exterior de Trump", dijo Olivier Jakob, administrador de la consultora Petromatrix GmbH. "Estados Unidos se está convirtiendo en una gran potencia energética y utilizará ese nuevo estatus, estamos empezando a ver la implementación de esa política en diversas partes del ambiente energético, hoy ya se está viendo parte de eso en los flujos de petróleo", añadió.
Los mercados petroleros también lidian con el récord de producción de Estados Unidos, impulsado por la extracción del shale y el levantamiento de viejos límites a la exportación de crudo a finales de 2015. Esos envíos, que hace unos años ascendían a unos pocos de cientos de barriles por día ahora superan constantemente los 2 millones de bpd todos los meses. El crudo estadounidense fluye cada vez más a los mercados de Asia, Europa y Latinoamérica, según los datos de la Administración de Información de Energía de EEUU.
Pero se ha fijado un dramático cambio en el destino de esos barriles, y es hacia China, el máximo consumidor de energía del mundo, que el agosto no importó ni un sólo barril de crudo estadounidense por primera vez desde septiembre de 2016, según datos de la Oficina de Censo estadounidense. Eso se compara con casi 12 millones de barriles en julio, cuando la República Popular fue el segundo receptor más grande.
China también está recurriendo a otras regiones. Las exportaciones colombianas al gigante asiático se quintuplicaron en septiembre al tiempo que los envios de Brasil alcanzaron su máximo nivel anual. Las refinerías chinas compraron 1.71 millones de barriles de petróleo al día de África Occidental para cargar en octubre, la mayor cantidad desde agosto de 2011.