(Depetroleo-Gonzalo Díaz). La compañía estatal YPF afronta un nuevo conflicto con la Justicia estadounidense, desde donde se busca que a haga cargo de daños ambientales que provocó la empresa Maxus en las décadas del '50 y '60 en ese país, el cuál reclama la millonaria suma de 14 mil millones de dólares, más del doble de su valor bursátil.
"La causa no es por un daño ambiental que generó YPF. Cuando compramos Maxus, la empresa que había contaminado no era más de Maxus", explicaron desde la petrolera nacional.
En reclamo fue iniciado ante la Corte de Quiebras del Distrito de Delaware de Estados Unidos, en marco de la disolución de la firma Maxus Energy Corporation, que YPF adquirió en 1995 por 762 millones de dólares, y que acarrea una histórica demanda por daño ambiental.
Para comprender mejor, como la demanda llegó hasta nuestros días, es mejor realizar un breve resumen del complejo entramado corporativo: todo comenzó a mitad del pasado siglo, en la planta de pesticidas Diamond Alkali de la ciudad de Newark, en Nueva Jersey. Allí, según la denuncia civil del Estado local, se originó a causa de una acusación de vertido de productos cancerígenos en el río Passaic, a mediados de las décadas del '50 y '60.
Al respecto, se especula que el componente químico Dioxin, uno de los contaminantes más potentes del mundo, se utilizó en las instalaciones de Diamond Alkali, que dicho sea de paso, en esa misma planta se usó oportunamente para elaborar el 'Agente Naranja', como vulgarmente se conoció al químico arrojado por las tropas norteamericanas en la Guerra de Vietnam.
Con el transcurrir del tiempo, la mencionada planta pasó a llamarse Diamond Shamrock y fue adquirida por Tierra Solutions, una subsidiaria de Maxus, que durante la década de los '80 se la vendió a Occidental Petroleum Corporation (Oxy). Y la denuncia por contaminación se radicó en 2012, cuando la Justicia falló en contra de Maxus y Tierra Solutions.
Esta compleja historia, sumó un nuevo capítulo, cuando Oxy le reclamó la quiebra a Maxus para afrontar la millonaria multa que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos le aplicó para sanear el río Passaic. Por aquel entonces, el costo de la limpieza se calculó oficialmente en 261 millones de dólares por kilómetro.
Hasta que finalmente, el Fideicomiso de Liquidación de Maxus Energy Corporation, a cargo del proceso de quiebra que inició la autoridad pertinente de YPF en junio de 2016, decidió transmitirle la responsabilidad a la petrolera nacional.
"Nuestra compañía no ha causado contaminación ambiental alguna asociada al río Passaic, ubicado en Nueva Jersey ni en ningún otro sitio relacionado con dicha adquisición", según un comunicado oficial de YPF.
En YPF, las novedades se conocieron a fines de la pasada semana, cuando llegaron las notificaciones a las subsidiarias YPF Holdings y CLH Holdings. Y ahora el reclamo ahora asciende a los 14 mil millones de dólares, una cifra advertida como "irrisoria" según algunos analistas.
Por parte de YPF, ya se adelantó que se defenderá "de cualquier acusación de que las operaciones corporativas referidas al reclamo, las cuales se realizaron de acuerdo a las normas de gobierno corporativo y además normativa aplicable, hagan responsable a YPF ante Maxus o sus acreedores".
A esta multimillonaria demanda, se debe sumar la que fue informada por este prestigioso medio oportunamente, ante la firma Burford que, reclama unos 3 mil millones de dólares por la expropiación de la compañía.