(Depetroleo-Gonzalo Díaz). China y Estados Unidos emitieron un comunicado en conjunto este sábado, en cuál dejan por sentado la promesa de tomar medidas efectivas para reducir sustancialmente el déficit comercial entre las dos naciones. De acuerdo con la declaración, China acordó aumentar en un gran porcentaje la compra de bienes y servicios estadounidenses para satisfacer las crecientes demandas de los consumidores chinos y promover el desarrollo económico de alta calidad. Esto también creará, a su vez, mayores posibilidades de beneficios económicos y ampliar el mercado laboral de Estados Unidos.
Ambas potencias acordaron aumentar la exportación de productos agrícolas y energéticos de Estados Unidos. Así mismo, se llegó a un acuerdo para crear condiciones favorables para ampliar el comercio de bienes y servicios. En el documento presentado por ambos países, se le da un gran valor a la protección intelectual, tal es así, que se acordó promover la cooperación en este sentido.
En la actualidad, Washington está atravesando una etapa tensa con sus socios comerciales a través del mundo, especialmente con China. A principios de año, la administración Trump impuso unilateralmente aranceles contra la importación de acero y aluminio. China tomó medidas contrarias en respuesta a tales políticas. Y en tal sentido, esta 'batalla' ha tenido un severo impacto en la relación bilateral entre ambos países, y a su vez, ha ocasionado gran conmoción en los mercados globales.
Las rondas de negociaciones, que comenzaron a principios de Mayo, permitieron a las dos más grandes economías del planeta, realizar distintas consultas, analizar, definir y resolver las diferencias de sus mecanismos comerciales actuales para lograr una operación a largo plazo.
La cooperación económica y comercial entre las naciones en cuestión, siempre ha desempeñado un rol de impulsor, y en algunos casos de lastre, de la economía global.
Según cifras de Estados Unidos, el déficit comercial con China tan sólo en 2017, alcanzó los u$s 375.2 mil millones, lo que constituye cerca de la mitad del déficit comercial global de Estados Unidos. Lo que resulta difícil de mantener un sistema comercial bilateral tan desequilibrado.
Ahora, a ambas potencias les resta descubrir como lograr el equilibrio. Por parte de Washington, están las expectativas de maximizar sus intereses, y por parte de Beijing está la demanda de que la expansión de importaciones norteamericanas puedan estar a la altura de las necesidades del desarrollo económico y social de su país.