Desde hace varios años Argentina ingresó en el mapa mundial del Litio a raíz de la gran cantidad de ese recurso en nuestro territorio, y en especial por la gran demanda de ese material para abastecer el mercado industrial electrónico. Tablets, celulares, notebooks, cámaras fotográficas y baterías de automóviles eléctricos son algunos ejemplos del uso del ion-litio.
La Puna Argentina, integra conjuntamente con el Sur de Bolivia y el Norte de Chile el llamado 'triángulo del Litio', región donde se concentra la mayor reserva de ese recurso a nivel mundial y con un estimado en nuestro país del 10% a 15% del total del planeta.
En el sector industrial energético mundial nadie tiene dudas sobre el potencial del Litio, ya que el cambio de matriz energética a nivel global impone la revolución de los renovables y fuentes de energía alternativas, y más teniendo en cuenta a China metiéndose de lleno en la disputa por la hegemonía del control del mercado automotor electrónico, en función de abastecer a su país. Es por ello que, con anuncios por unos 6.500 millones de dólares, inversores canadienses, australianos y chinos buscan desarrollar esa industria en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.
"Hay muchas mineras júnior y nuevos operadores perforando, al punto de que cuesta encontrar más maquinaria para perforación" aseguró Facundo Huidobro, presidente de la Cámara Minera de Salta. Al tiempo que reconoció "un franco aumento de la demanda" refiriéndose al mercado de los autos eléctricos.
Es por ello que el Gobierno Argentino, mediante la cartera de Energía y Minería a cargo de Juan José Aranguren, anunció recientemente un plan de inversiones para cuadruplicar la producción de Litio, que actualmente es de 50.000 toneladas con una cotización aproximada en el mercado de 11.000 dólares por tonelada, y se espera que para 2021 se incremente la producción hasta las 200.000 toneladas.
Ésta decisión estratégica, se da en el contexto del reciente Acuerdo de París, y fundamentalmente porque grandes potencias mundiales han anunciado el fin del consumo de derivados de petróleo para dentro de 20 años.
Fuente: Ministerio de Energía y Minería. Cronista. Clarín.