La formación no convencional neuquina consiguió los mismos niveles de productividad que Estados Unidos. La llegada de inversiones se retrasa a la espera de señales políticas.
(Federico Aringoli)
La calidad de los hidrocarburos de Vaca Muerta no deja dudas en la industria petrolera mundial. En términos de productividad equipara o supera a las rocas generadoras de las mejores formaciones shale de Estados Unidos como Permian o Eagle Ford. Pero la pregunta sigue siendo la misma: qué hace falta para desarrollarla y alcanzar los volúmenes que tiene Norteamérica.
“Río Negro Energía” charló con Horacio Cuenca, director de Análisis de Upstream para América Latina en Wood Mackenzie, sobre el futuro del shale neuquino y la mirada externa que hay sobre la formación no convencional de la Cuenca Neuquina. El especialista anticipó que si los pronósticos se cumplen la provincia será testigo de un cambio de paradigma.
“Pensamos que la cuenca se va a volver productora de petróleo. La proyección a 2025, sólo con los proyectos que hay en carpeta actualmente, es que alcance los 250 mil barriles diarios, una producción similar a la que tiene la Cuenca del Golfo San Jorge (el principal productor de crudo del país)”, indicó Cuenca. Actualmente el subsuelo neuquino produce casi el 50% del gas que se saca en el país, algo que se podría multiplicar con el shale y el tight gas.
El analista de la consultora, una de las referentes para la industria petrolera global, no escapa a decir que “empezó una etapa diferente en Vaca Muerta. No sé si es la segunda o la tercera, pero es una etapa totalmente diferente de lo que había hasta 2016”.
Entre las principales variables mencionó el cambio en el gobierno nacional que generó expectativas positivas en los inversores extranjeros. Apuntó que la formación está ahora en “el radar de muchas empresas en forma más detallada. Antes era una novedad”. Y agregó que “hoy ya es tangible que un pozo horizontal, perforado por YPF o Total, ya son pozos económicos y por lo tanto comerciales”.
Cuenca planteó que en las actuales condiciones, con un precio internacional bajo para el crudo, las compañías del sector buscan dos caminos: recortar costos en las operaciones o acceder a fuentes de petróleo barato. En esta última opción aparecen los no convencionales y los hidrocarburos de aguas profundas, principalmente en Brasil.
Para el no convencional se mantiene como principal destino Estados Unidos. Pero el consultor asegura que Argentina aparece como la segunda frontera a cruzar. Además de los desarrollos probados, el precio para acceder a los campos es casi un tercio de lo que se paga en suelo estadounidense. Según las últimas transacciones por un acre, para una zona de igual productividad, se pagó en el país del norte entre 10 y 12 mil dólares, mientras que en la Cuenca Neuquina se consiguió a 4 ó 5 mil dólares.
Nuevos y viejos jugadores
El analista internacional confió que para la llegada de socios inversores habrá que esperar unos dos o tres años. Actualmente las grandes compañías internacionales, junto con YPF, no terminan de definir su posicionamiento sobre el mapa de Vaca Muerta.
Esto significa que habrá más movimientos en los próximos meses en lo que hace a la acumulación de acreaje y a la puesta en valor de esos campos. “Si le vendes antes de bajar el riesgo, el precio de compra a futuro va a ser mucho menor”, explicó Cuenca sobre la búsqueda de socios inversores.
Respecto de la llegada de nuevos actores, el analista planteó que las grandes compañías que quieran aprender sobre el shale buscarán un escenario como el norteamericano. Sin embargo aseguró que hay otras firmas que planean hacer pie en el mundo no convencional y apuntarán hacia el recurso argentino. En este último grupo destacó que existe un interés creciente de las empresas asiáticas.
El termómetro electoral
Entre las preocupaciones que transmiten los inversionistas extranjeros, Cuenca explica que los vaivenes políticos del país encabezan el ranking. “Interesa saber si las políticas van a continuar o si puede haber cambios con un regreso a precios más controlados o bajos. Cualquier tipo de cambio que pueda modificar el panorama de inversiones es un riesgo más difícil de manejar y tal vez sea la principal barrera para que continúe el boom de inversiones”, señaló.
La continuidad de algunas políticas, como la extensión de los precios de incentivo para el gas, sumaron confianza a los actores que ya estaban en mercado local. Pero, según el analista, la historia del país genera una “presunción de cambio político” y esto frena el ingreso de nuevos actores.
Para el especialista las elecciones de este año podrían servir “como termómetro para las próximas”. Cree que los resultados inmediatos despejarán un poco más el camino para el juego que se viene a futuro en el mercado inversor que llega desde el exterior.
El modelo de operación
Destacó que la firma de la adenda laboral para Vaca Muerta, avalada por el sindicato que dirige Guillermo Pereyra, fue bien recibida por los inversionistas. Sin embargo reconoció que el mayor impacto será el de conseguir “una operación más eficiente”.
“El acuerdo permite un incremento de la eficiencia, eso es seguro. Lo que va a continuar sucediendo es que las condiciones de operación en Neuquén no van a ser iguales a la norteamericana. Tampoco es importante que ocurra”, explicó el especialista y agregó que si bien es “un ambiente diferente”, las empresas petroleras “se adaptan”. “Esta es la forma que se opera en Argentina y hay una forma de hacer que las cosas pasen. Lo que ocurrió es que la forma de operar estaba frenando mucho la productividad”, finalizó.
Consultado por la incidencia de las protestas en los yacimientos y centralmente los conflictos con las comunidades originarias, Cuenca señaló que los inversionistas preguntan por el tema pero que no aparece como un punto crítico en sus agendas.
“Es un problema más puntual. Lo han resaltado, pero no es una cuestión que los aleje de Vaca Muerta. Es igual que lo ambiental, si se maneja bien no impediría el desarrollo”, finalizó.(Río Negro)