Se asocia con la empresa Schlumberger, donde trabaja el ex presidente y CEO de la petrolera.
YPF cerró un acuerdo con la empresa de servicios Schlumberger para que invierta US$ 400 millones en un bloque de Vaca Muerta. El flamante socio de YPF tiene una particularidad: allí trabajó Miguel Galuccio, antes de ser nombrado presidente y CEO de YPF durante el kirchnerismo. Y no solo eso. Tras ser eyectado por Cambiemos de YPF, Galuccio volvió a Schlumberger.
Antes de realizar esta asociación, en YPF le pidieron a Schlumberger que Galuccio no participe de la operación. Entienden que el ejecutivo posee "información confidencial" y que debe abstraerse de involucrarse en cualquier acuerdo con YPF. Schlumberger debutará en el país como productor petrolero, un paso adicional a su actividad como proveedor de servicios.
El Gobierno considera que la gestión de Galuccio al frente de YPF generó un nivel de endeudamiento insostenible, superior al flujo de caja de la empresa, y que adoptó varias estrategias erróneas. Por ejemplo, se dedicó a perforaciones verticales (que son muy costosas) y se focalizó en petróleo, cuando el país está más necesitado de gas para calefaccionarse en el invierno. Galuccio se fue de YPF tras cobrar una indemnización de US$ 5 millones, tal como adelantó Clarín en su edición del 30 de abril de 2016.
Aunque la actual gestión no realizó ninguna denuncia por malversación de fondos, la opinión de las autoridades de Galuccio es negativa. En algunos despachos, hasta lo acusan de "contabilidad creativa" en los balances. Los ejecutivos de YPF prefirieron, hasta ahora, no profundizar en esa sospecha. En su balance de 2016, YPF tuvo que anotar una pérdida de $ 26.845 millones por devaluación de sus activos.
El paso de Schlumberger como operador está vinculado al estímulo -gas a US$ 7,50 por millón de BTU- que estableció el Poder Ejecutivo.
