(Depetroleo-Gonzalo Díaz). El profesor Andrei Ilich Fursov es historiador, sociólogo, periodista, erudito académico ruso y Director del Instituto de Análisis Sistémico-Estratégico y una fuente inagotable para comprender la actualidad y realidad desde un punto de vista conceptual de la geopólitica global. Autor de más de 200 trabajos científicos, entre ellos nueve monografías. Sus intereses científicos se centran en la metodología de los estudios histórico-sociales, teoría e historia de sistemas sociales complejos, particularidades del sujeto histórico, fenómeno del poder (y la lucha mundial por el poder, información y los recursos).
En un reciente articulo, Fursov es entrevistado por Sergei Pravosudov para el portal Pogled, acerca de la nueva dirección que está tomando la Humanidad, y para ello el especialista pone la Modernidad bajo el prisma de la Historia(1).
Al ser consultado sobre el presente, Fursov señala que "los eventos individuales no pueden entenderse fuera del contexto histórico a medio y largo plazo. La situación de crisis en la que se ha encontrado el mundo es mucho más grave que la Gran Depresión de 1929-1933 o la larga recesión de 1873-1896. Vivimos en una crisis sistémica del capitalismo, su fase terminal. Además, existe interacción y penetración mutua de varias olas de crisis de diferente naturaleza y duración".
A su vez, y siempre valiéndose de la Historia, Fursov explica que "la primera etapa preindustrial del sistema capitalista comenzó a mediados del siglo XVII. Terminó en 1780 con tres revoluciones: la revolución industrial en Inglaterra, la revolución política en Francia y la revolución espiritual en Alemania. La respuesta a esta poderosa explosión fue la aparición en el siglo XIX de tres grandes ideologías: conservadurismo, liberalismo y marxismo. Luego vino la segunda fase más madura del sistema capitalista, el período desde la Revolución Francesa hasta la Primera Guerra Mundial. En ese momento, el capitalismo aún no había aplastado a la civilización europea, aunque fue una de sus primeras víctimas".
En el devenir de los acontecimientos históricos, ya en década de 1960, los milagros de la economía mundial que se desarrolló debido a la restauración de lo que fue destruido por la Segunda Guerra Mundial, habían terminado. Comienza una desaceleración en el progreso socioeconómico, científico y tecnológico. Luego vino el Club de Roma con su engañoso concepto neo-maltusiano de "crecimiento cero". Resultado: parte de la esfera industrial comienza a transferirse a países del tercer mundo y aumentan las ganancias. Más importante aún, la base económica ha sido asesinada por las posiciones políticas de la clase obrera occidental: si usted se levanta, transferiremos toda la industria a Asia, y los coreanos y taiwaneses son más modestos y más baratos que usted, según explica Fursov.
Hasta hoy, que según la óptica del historiador "vivimos en una crisis en curso que está inundada de dinero. 2018 y 2019 mostraron que el sistema mundial (no la economía, sino el sistema mundial en su conjunto) se encuentra en un estado de sobrecalentamiento. Por lo general, en tales casos hay una guerra mundial, pero en el siglo XXI, cuando todo está lleno de armas nucleares y cuando incluso América Latina está completamente industrializada, África sigue siendo el único continente donde se puede combatir la guerra. Aunque esto no resuelve ningún problema"
En un apartado en el articulo, para ser consultado por la actual coyuntura que representa el Covid-19, Fursov estima que la aparición del Coronavirus "de una manera original resuelve muchos de los problemas que generalmente resuelve la guerra".
El historiador entiende que en la actualidad, la disputa ideológica que se evidencia en Estados Unidos, representa una "batalla adicional por la dominación mundial que depende en gran medida de si Trump sigue siendo presidente. La pregunta, por supuesto, no es tanto en él personalmente, sino en aquellas fuerzas que lo respaldan y violan el paradigma globalista final de los últimos treinta años. Si Trump se queda, entonces el punto de retorno no se cruzará y será posible poner una gran cruz en el proceso de globalización".
No queda afuera del análisis de Fursov la actualidad de China. Mientras más éxito económico tenga China, más problemas sociales habrá, dijo; y se atreve a pronosticar que "no me sorprenderá si, en quince o veinte años, este país se desmorona al norte y al sur".
Consecuentemente con el análisis histórico, en la nota, Fursov estima que "en los próximos 10-15 años habrá una lucha por la transición a un nuevo sistema". Y entiende que "las formas concretas y los resultados de la transición al mundo poscapitalista se determinarán en la feroz lucha social darwinista por el futuro, para ver quién cortará qué. Parece que las dos zonas del sistema mundial del futuro ya están aquí, estas están inmersas en el África neo-arcaica y China con su sistema de evaluaciones sociales. Pero en Rusia, América Latina, Estados Unidos y Europa, la lucha musulmana está por venir".