Los precios británicos al consumidor subieron el mes pasado al ritmo más rápido desde junio de 2014, debido al alza de los precios mundiales del petróleo y a la caída del valor de la libra esterlina por el Brexit, mostraron el martes los datos oficiales.
Los precios al consumidor crecieron un 1,8 por ciento en comparación con el año anterior, dijo la Oficina Nacional de Estadística, ligeramente por debajo de las expectativas de un aumento anual del 1,9 por ciento en un sondeo de Reuters entre economistas.
El Banco de Inglaterra pronosticó a principios de este mes que la inflación se acelerará por encima del 2,7 por ciento en alrededor de un año ya que la intención de Gran Bretaña de salir de la Unión Europea pone presiones alcistas sobres los costos de las importaciones.
Datos separados de la oficina de estadísticas mostraron que los precios pagados por las fábricas para adquirir combustible y materiales aumentaron a una tasa anual del 20,5 por ciento en enero, la mayor subida desde septiembre de 2008.
El costo del crudo fue un 88 por ciento más alto que hace un año, el mayor incremento desde junio de 2000, impulsado en gran medida por un repunte mundial de los precios del petróleo.
"El último aumento en el IPC se debió principalmente al aumento de los precios de la gasolina y el diesel, junto con una importante desaceleración en la caída de los precios de los alimentos", dijo el analista de la oficina estadística Mike Prestwood.
La caída de la libra - de alrededor de un 17 por ciento contra el dólar estadounidense y del 11 por ciento contra el euro desde el referéndum de junio de 2016 - está empezando a afectar al poder adquisitivo de los consumidores, que han ayudado a la economía británica a mantener el crecimiento desde la votación.
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