(Pablo Galante 2Value para depetroleo) Al principio se nos hizo divertido, nos reíamos, conocimos y aprendimos a convivir con nuevas aplicaciones, compartimos los bloopers de algunos que mostraban sin querer (otros no tanto) su intimidad en red, dormíamos más, y resolvíamos temas de nuestro trabajo más productivamente. Pero con el tiempo, y como en todos los ámbitos, aparece la rutina y descubrís el “LADO B” del Home Oficce. Ahora estás más tiempo conectado que antes, los más chiquitos te exigen sus desayunos, bajo amenazas de largarse a gritar en plena reunión virtual de tu trabajo, conectás varios zooms escolares por día, zoom-cumpleaños, zoom-despedidas y a tu hogar lo ves cada día más chico.
Pero ¿saben qué? El otro día decidí volver a escuchar el LADO A del Home Office y me volvió a gustar como la primera vez, por eso se los quería compartir. Redescubrí lo hermoso de almorzar en casa, los 4 juntos y al aire libre (si se puede), aprovechar el momento en que hacemos tarea para darles un beso y un abrazo extra a los mini extorsionadores al tiempo que me pregunto… ¿Cómo hice para pasar 4to grado?, nada tiene prioridad por sobre los mates en familia de las 18 y, para completarla, caí en la cuenta de que mi pasión por negociar y el arte de la influencia siguen intactas, claro…, no les dije que negocio cada hora/giga de internet con el resto de mi clan…
¿Qué temas tiene tu LADO A?