La petrolera bajo control estatal YPF aplicó ayer su segundo aumento en las naftas y en el gasoil en una semana. La suba fue en torno al 1% y, según fuentes al tanto de la decisión, busca emparejar sus precios con los de la competencia, que habían incrementado los valores, en términos porcentuales, por encima de YPF.
Además, es otra consecuencia del aumento de los biocombustibles autorizado por el Gobierno el lunes último. En la madrugada del domingo pasado, YPF había aplicado una suba cercana al 5 por ciento. Luego la siguieron Shell y Axion.
Según datos del Ministerio de Energía, las ventas al tercer mes del año fueron del 55% para YPF, 22% para Shell, 12% para Axion y 6% para Pampa, mientras que el porcentaje restante está atomizado.
El nuevo aumento de YPF se da en medio de una polémica entre las petroleras, los dueños de estaciones de servicio y el ministro de Energía, Javier Iguacel .
La devaluación llevó al exministro de Energía Juan José Aranguren a promover un acuerdo con las petroleras para moderar los aumentos a partir de subas escalonadas que se distribuirían a lo largo de los meses siguientes. Pero Iguacel dio marcha atrás con esa decisión poco después de su llegada al cargo, a mediados de junio.
LA NACION