Atrás quedó la Cumbre de Viena y a pesar de los esfuerzos de OPEP por lograr imponer cuotas de recortes de producción, un nuevo escenario atraviesa esta vez la agitada agenda de la industria petrolera global.
El anuncio de Arabia Saudí, Bahrein, Egipto y Emiratos Árabes Unidos de ruptura en las relaciones diplomáticas con Qatar, donde se prohíben cualquier enlace terrestre, marítimo y aéreo, se muestra claramente como el más importante conflicto en el mundo musulmán en los últimos 40 años; y así lo hicieron sentir los mercados con una pérdida del precio del barril hasta el momento de unos 5% a 10%.
En este contexto de crisis diplomática, por el momento; no esta de más recordar que Qatar cuenta con tan sólo un volumen de producción de 600.000 bpd pero en uno de los centros estratégicos geopolíticos de producción global y con una creciente inestabilidad regional, el objetivo de OPEP por lograr estabilizar al alza el precio del barril parece cada vez más lejano.